Capítulo 4: «¿En tu casa o en la mía?»

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Cogí una tiza y escribí: “ 85² ”.

-Oh, genial señorita Montes. Puede sentarse- dijo el profesor.

Caminé hacia mi asiento mientras todo el mundo me lanzaba miradas no muy agradables. Todos menos... Menos Erik. Él me estaba sonriendo. ¿Acaso me estaba volviendo loca?

La clase terminó y recordé que había quedado con Clara en el comedor así que fui a mi taquilla a dejar los libros y me encaminé hacia el comedor.

Entré y enseguida vi la rubia cabellera de Clara así que me dirigí hacia allí.

-Oh, ¡hola Gabriela!- me dijo Clara, que estaba acompañada de un chico moreno de ojos marrones y una chica pelirroja.- Estos son Tyler y Alisson.- explicó.

-Encantada, soy Gabriela.- dije con una sonrisa en la cara.

Se levantaron, me dieron dos besos y nos sentamos a comer. Saqué la bolsa que me había dado mi hermano por la mañana. Dentro había un tupper de pasta con un papel que ponía: “Ten un buen día, te quiero.”

*Aix, mi hermanito, como le quiero.*

Saqué mi comida y cuando miré al frente allí estaba Erik, en la mesa de la otra punta del comedor, mirándome. Ese chico se movía a la velocidad de la luz dios mío, dos segundos antes juraría que no estaba ahí, al igual que Alex y Dylan, que también habían aparecido de golpe.

*Como siga mirándome con esos ojos se los voy a arrancar con cucharas...*

De golpe me tocaron el hombro y al girarme vi a Kyle.

-¡Hola chicos!- dijo mientras saludaba con la mano.

-Hola Kyle, ¿como ha ido la clase de francés?- le dije.

-Tan divertida como tus matemáticas, o eso espero.- me dijo con una sonrisa.

*Si claro, si no fuera porque alguien me había dado la respuesta a un problema en mi cabeza y Erik no paró de mirarme yo diría que divertidísima.*

-Uix, ¡si ya os conocéis!- dijo Clara.

-Si, me senté con él esta mañana.

Kyle se sentó a mi lado y seguimos comiendo, de vez en cuando notaba la mirada de Erik posada en mi. De golpe mordí un trozo de mi manzana y empecé a toser.

-No te olvides de tragar monada.- me dijo la voz de mi cabeza.

*Mierda joder, otra vez esa voz. ¿Quién coño estaba ahí?*

Después de que Kyle me ayudase a sacar ese trozo de manzana que casi me mata mientras la voz de alguien me hablaba en la cabeza y el sensual Erik Garroway me miraba fijamente (una situación muy normal, claro está) nos fuimos cada uno a su taquilla. Cuando llegué la llave no giraba.

*Oh, estupendo. Ahora no se me abre esta mierda. Menudo día llevas...*

-¿Necesitas ayuda?- me dijo alguien.

Me giré y había un chico. Era moreno, llevaba el pelo alborotado, tenía los ojos oscuros, un poco de cara de niño, pero aún así era guapo, muy guapo. ¿De qué me sonaba...?

-Soy Dylan.-me dijo.

*Vale si, Dylan Garroway, el chico al que Clara había saludado por la mañana. ¿Acaso esa familia no pensaba dejarme en paz?*

-Emm... No... No, no importa.- dije como pude.

*¿Por qué mierdas te ponen tan nerviosa los Garroway, Gabriela?*

-Bueno, si tú lo dices...- golpeó la taquilla y se marchó.

*Genial, has quedado como una estúpida. Tú y tus enormes ganas de dejarte mal delante de los chicos guapos. Te admiro Gabriela, te admiro.*

Bueno, por lo menos Dylan me había abierto la taquilla así que cogí el libro de biología y busqué a Kyle, que también tenia biología. Cuando entramos vimos un par de asientos así que decidimos sentarnos allí. La profesora me paró para preguntarme mi nombre y otras cosas de ser la chica nueva supuse.

En cuanto miré hacia Kyle a su lado ya se había sentado una chica, muy mona a decir verdad y estaba poniéndole ojitos a Kyle, que me decía con los labios “Lo siento.” Le sonreí y busqué otro sitio con la mirada.

*No, no, no, mierda, mierda, mierda.*

La clase se había llenado en medio minuto. Malditas ovejas, que rápidas eran cuando querían. Solo había un sitio vacío ¿Al lado de quien? Erik Garroway, como no...

-Hola muñeca, ¿Qué tal tus celos?- me dijo con una voz muy provocativa.

-Pues igual de estancados que tus neuronas.- le respondí mientras me sentaba.

-Una chica con carácter, me gusta.

-Cállate.- le dije.

-Señorita Montes por favor, ya que la veo tan habladora, ¿podría empezar a leer la página 38?- me dijo la profesora.

*No, mierda, este tema no... Tema 3: La reproducción humana.*

-Emm... Si, claro...- dije avergonzada.

Comencé a leer mientras oía algunas risitas de fondo.

-El acto sexual es el proceso mediante el cual...

-No pienses en mi mientras lo lees, muñeca.- me susurró Erik.

No pude evitar empezar a reír mientras algunos reían también, otros me miraban con cara de “¿Y esta loca?” y otros simplemente me ignoraban. Bueno, la mirada de Erik era indescifrable, aunque estaba segura de que estaba orgulloso de lo que su comentario me había provocado.

-¿Acaso les parece divertido? Genial, pues me van a traer un trabajo por parejas sobre este tema el próximo día.- dijo la profesora molesta.

-Maldito niñato.- maldije en voz baja.

-¿En tu casa o en la mía?- me dijo con una amplia sonrisa.

Unidos por la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora