Capítulo 10: «Tenemos un problema.»

1.3K 64 5
                                    

Estaba tan centrada en el papel que sostenía entre mis manos, y que suponía una clara amenaza contra mi, que no me di cuenta de que los pasillos estaban llenándose de gente poco a poco. Tuve el tiempo justo de guardar la nota y colocarme la lentilla que me faltaba antes de que alguien me tocara el hombro. Mi cabeza pedía a gritos que esa mano fuera la de Erik, aunque tuve claro antes de girarme que no lo sería, no podía serlo. Al darme la vuelta vi a Kyle.

-Hey, ¿qué te pasa?- me preguntó.- He sentido que estabas realmente nerviosa. ¿Estás bien?

Barajé mis posibilidades rápidamente. ¿Qué tenía que hacer? Si no le contaba nada a Kyle, podría enfrentarme yo sola a mi problema, y eso implicaba que tendría que hacer frente yo sola a quien fuera que me estaba enviando esas amenazas, pero también implicaba que nadie más saldría herido. Aunque si le contaba a Kyle todo aquello, probablemente su madre y la manada encontrarían una solución.

-Emm... Nada.- balbuceé.

-Gabriela, por favor, confía en mi. Somos de la misma manada... Y somos amigos.- dijo el rubio haciendo pucheros.

-Vale Kyle... A ver, recuerdas la nota de la flecha, ¿verdad?

-Sí, claro, como no.

-Bueno, pues, mira- dije y le enseñé la nota que había encontrado en la taquilla hacía tan solo unos minutos.

El chico cogió el sobre con curiosidad, sacó la nota y cuando acabó de leerla me la devolvió.

-Gabriela, vámonos. Hemos de hablarle a mi madre de esto. Ya no es un ataque al azar, como el resto que han habido por la zona, o incluso lo que pasó en el bosque con la flecha. Aquí lo dice bien claro, te conoce, sabe lo que eres y va a por ti y me parece que no va a parar hasta conseguir lo que sea que se propone.

-No sé quien querría hacerme daño Kyle... No he hecho nada malo... O eso creo.

-Tranquila.- me dijo mientras me secaba unas lágrimas que ni siquiera sabía que estaban allí.- Eh, mírame, no voy a permitir que nadie te haga daño. Que te quede claro, ¿vale?

-Vale.- respondí mientras le abrazaba.

Kyle olía bien, tenía ese olor que me resultaba tan familiar, a hombre lobo, pero también tenía ese olor a chico que tanto me gustaba de Erik. No podía quitarme de la cabeza a ese chico, su sonrisa pícara, su mirada... Todo, ese todo que tanto me encantaba, aunque seguía sin saber por qué.

El chico me cogió de la mano y me guió hacia la puerta mientras un puñado de chicas me fulminaban con la mirada. Las chicas de ese pueblo me envidiaban, pero, ¿qué podía hacer yo?

Llegamos a la puerta de casa de Kyle y este sacó las llaves, pero antes de que pudiera abrir, Mary, su madre, abrió la puerta.

-¿Qué haces aquí tan pronto?- le dijo a su hijo sin reparar siquiera en mi presencia.

-Tenemos un problema mamá.- dijo Kyle moviendo su mirada hacia mi.

-Oh Gabriela, lo lamento, no te había visto. Pasad y me contáis.

Kyle y su madre se sentaron en el sofá y yo me senté en una butaca contigua. Kyle sacó el papel de el bolsillo trasero de su pantalón y se lo mostró a Mary, que, para mi sorpresa no se sorprendió en absoluto.

-Joder, joder, joder. Por lo visto nos lleva ventaja, aunque ya nos esperábamos un paso en falso por su parte.- dijo la mujer.

-¿Como que un paso en falso? ¿Habéis averiguado quien está detrás de todos los ataques y amenazas?- preguntó el rubio.

-Teníamos nuestras sospechas, pero nada estaba claro. Y ahora que han dejado esto en el instituto... 

-¿De quién sospecháis?- pregunté impaciente.

-De los Garroway Gabriela, de los Garroway.

_______________

¡Hola, hola! Bueno, este capitulito un poco improvisado es para agradecer los más de 1000 leídos y bueno, para que sigáis votando y comentando, cosa que me haría muy feliz. ¡Gracias por todo!♡

Unidos por la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora