Capítulo 9: «Voy a por ti.»

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→NARRA ERIK

Tenía que salir de clase lo más rápido posible, necesitaba ver si Gabriela estaba bien. ¿El por qué? Pues porque no podía dejar de pensar en ella. Sí, yo, Erik Garroway, el chico que se lleva a toda la que quiere, el chico sin sentimientos, no puede dejar de pensar en una chica a la que prácticamente no conoce. 

Saqué mis colmillos lo suficiente como para que con solo mantenerlos contra mi labio empezara a sangrar. La profesora me dio permiso para salir de clase así que fui tras la chica. Me pareció verla doblar la esquina hacia las taquillas así que allí fui. La encontré parada delante de la suya, a punto de abrirla.

-Eh, tú.- le dije.

Ella se giró, sorprendida, realmente sorprendida.

-¿Qué haces aquí?- me preguntó borde, y se dio la vuelta, de modo que no le veía la cara.

-¿Qué pasa? ¿No puedo venir a ver como está mi compañera de biología?- dije.

-Pues tu compañera de biología no quiere verte. Vete.

-No me pienso ir hasta que no te des la vuelta y me mires.-respondí. Además, era verdad, la profesora debía de pensar que estaba en la enfermería así que no tenía ninguna prisa. Bueno, eso y que quería verla, siempre quería verla.- Aparte, creo que me debes una pequeña explicación. ¿Porque te fuiste de mi casa tan de repente? No he visto la ocasión de preguntarte.

Ella se dio la vuelta, pero no me miró. No paraba de mirar al suelo, y por lo visto, buscaba una manera de salir de entre mis brazos, pero no iba a dejarla ir, al menos no hasta comprobar que estaba bien. Me acerqué un poco más a ella, pegando su cuerpo al mío. Podía sentir cada uno de los nervios de su pequeño cuerpecito, y, la verdad era que me estaba volviendo loco. No podía aguantar más así que le levanté la cabeza lo suficiente para colocar mis labios encima de los suyos. Apreté con fuerza y a la vez con suavidad mi boca contra la suya. Al principio, el beso la pilló desprevenida, pero luego me siguió el juego. Sus labios eran carnosos y dulces, aunque el beso sabía un poco a hierro, cosa que a ella pareció no importarle demasiado.

* Bien Erik, acabas de besarla con la boca llena de sangre. Eres un tío listo, de verdad lo eres. Pero bueno, la has besado. Mierda, la has besado.*

Al final nos separamos porque ella necesitaba coger aire. Si hubiera sido por mi me hubiera quedado pegado a ella mucho, mucho tiempo, por muchas razones. Una de ellas era que no necesitaba respirar. Por lo visto ser un vampiro si que tenía ciertas ventajas. 

Cuando miré a la chica ella intentó taparse, pero no lo hizo con la suficiente rapidez, así que pude ver lo que intentaba esconder, su ojo. Procesé lo que estaba viendo, porque no podía creerlo. Su ojo izquierdo era de ese precioso color verde que tanto me gustaba, pero el otro tenía un místico color amarillo, no amarillo limón, no, amarillo puesta de sol, amarillo... hombre lobo.

-Esto lo explica todo...-dije.

En esos momentos todo se me vino a la cabeza. Mi madre, mi padre, el día de su muerte, esos brillantes ojos amarillos, esas garras... Y todo por culpa de esas asquerosas criaturas, los hombres lobo solo habían traído desgracia a mi familia y no iba a permitir que volvieran a hacerlo, así que me alejé de ella. Corrí, y no paré de correr hasta que dejé de escuchar su voz, llamándome.

→NARRA GABRIELA

Tenía que haberme marchado en cuanto tube ocasión, no podía creer que él lo supiera, que lo supiera todo. Esto significaba el final de algo que ni siquiera había comenzado, de algo que ni siquiera nosotros entendíamos. Solo pensaba en su mirada, la mirada de total desprecio que Erik puso al ver mis ojos, al descubrir mi auténtica naturaleza. A pesar de eso, salí tras él, gritando su nombre hasta quedarme sin voz. Sin voz y sola. Solo estaba yo, yo y mis lágrimas que no paraban de caer. Por un instante lo había tenido todo, y se me había esfumado entre los dedos, pero no podía permitir que esto me hundiera, así que me sequé las lágrimas con la camiseta, me levanté del suelo y me dirigí a mi taquilla a ponerme la lentilla antes de que nadie más pudiera verme y huir despavorido. 

Abrí la taquilla y me encontré un sobre, un sobre que no debería estar ahí. Lo abrí, y no podía dar crédito a lo que mis ojos veían, no otra vez.

Dentro del sobre había una nota que decía. "Sé lo que eres, y voy a por ti."

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Bueno, este capítulo está narrado por ambos, no será así siempre, pero alguno que otro habrá. ¡Espero que os haya gustado!

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Os quiero♡

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