Para la princesa del Milenio de Plata, no existía otro propósito que el ser la Reina de Black Moon. Desde que era pequeña, su madre: la soberana Serenity la había comprometido en matrimonio con el príncipe de su reino vecino, esto con la única finalidad de afianzar los lazos comerciales entre ambos reinos y convertirse en poderosos aliados en tiempos de crisis.
Serena no conocía más ambiciones que la de ser una buena esposa y monarca consorte, proveer de herederos al linaje de su Rey, ser comprensiva y complaciente. Para quizás así ganarse el corazón de su futuro esposo. No podía fallarle a su madre, ni a su nación, en sus manos estaba el futuro de una fuerte alianza entre reinos que alguna vez fueron grandes enemigos.
La princesa tenía la visita pérdida en el horizonte y solo escuchaba el golpeteo de los cascos de los caballos que se estrellaban contra el suelo, asomó el rostro por la ventanilla del carruaje y se llenó los pulmones del aire fresco que solo su hogar le podía proveer, se grabó en la memoria el color azul del cielo, el enervante aroma de las flores del jardín del palacio y los rostros de su madre y su hermano menor. Pues por la mañana partiría hacia el reino de Black Moon para no volver jamás.
Estaba tan inmersa en sus pensamientos, que no escuchó la voz de su dama de compañía.
—Princesa, ¿me escucha?
—Disculpa, Amy. ¿Qué decías? —respondió Serena aún distraída.
—Ya estamos por llegar y tenemos muchas cosas que hacer antes de partir —le dijo la peliazul con dulzura, sabía que su princesa estaba muy nerviosa, aunque ella misma también lo estaba. Sabía que era costumbre que la princesa se llevara a su séquito con ella. Para Amy, la idea de irse también le resultaba abrumadora.
Una semana antes de su partida, la princesa decidió hacer un viaje por todo su reino, no quería olvidar ningún detalle de sus lugares favoritos, no quería olvidar la amabilidad de su gente y sobretodo, no quería olvidar sus raíces.
Durante el viaje no tuvo más compañía que la de Amy y aunque estar con ella significaba horas de estudios, también agradeció su compañía. Amy era tímida y amigable; inteligente y romántica. Sin duda una gran amiga.
Cuando Serena entró a sus aposentos, fue recibida con la calidez de la más irrespetuosa de sus damas (o por lo menos esa era la opinión de Rei).
—¡Serena! Que bueno que llegaste, ya me empezaba a preocupar por ti.
—¡Mina! También te extrañé mucho, me hubiera gustado tener tu compañía, pero estoy consciente de que tenías asuntos importantes que atender —le dijo la princesa mientras la abrazaba con fuerza.
—Mina, ya sabes que esas no son maneras de dirigirse a la princesa Serena —acotó Lita en tono conciliador.
Lita era tal vez la más dulce y protectora dama que tenía Serena, y al igual que ella y Mina, se casaría pronto con un noble muy apuesto de un reino lejano.
—Descuida Lita, a decir verdad. Siempre me agradó que Mina me tratara con esa familiaridad. Y de nuevo les repito a todas que me pueden llamar por mi nombre de pila sin ningún problema, espero que me puedan complacer con eso al menos hoy que es mi último día en este reino —repuso Serena después de haberse separado de Mina.
—Aún así, Lita tiene razón. Mina, esas no son formas de dirigirse a nuestra princesa —dijo Rei de manera mordaz, ignorando las palabras de Serena—. Todavía no puedo creer que el conde de Tankei te haya pedido matrimonio.
Puesto que Rei era hija de los aristócratas más adinerados del reino del Milenio de Plata, sus padres tuvieron la intención de casarla con el irreverente y apuesto conde del reino de Tankei, pero el joven platinado había resultado ser más irreverente de lo que esperaban y descartó el compromiso con Rei de inmediato, además declaró que jamás se casaría. Hasta que conoció a Mina, después de que el joven conde viajara a la corte del Milenio de Plata por asuntos de estado, quedó prendado por la rubia, se enamoró de tal forma y tan fuerte, que le propuso matrimonio apenas dos semanas después de haberse conocido.

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La Reina infiel
Fiksi PenggemarPara Serena no existía ilusión más grande que su boda . Su matrimonio con el príncipe Diamante, traía la promesa de paz para los reinos del "Milenio de Plata" y "Black Moon" sin embargo, su querido esposo no resultó en nada como lo imaginó. ¿Qué hac...