Ambos se peinaron rápidamente y salieron de aquel camerino como si nada hubiese pasado.
Le entrevista comenzó, y todo iba de maravilla , Jake le tiraba miraditas a Tom y Tom se las devolvía.
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Hasta que llegó el momento de las preguntas personales.
-Y dinos Jake-exclamó la entrevistadora- ¿Tienes pareja?
Tom disimuladamente volteó a ver a Jake.
-Efectivamente, tengo novia, se llama Jennie y la amo mucho-dijo muy seguro de si mismo-.
Tom sintió su mismísimo corazón romperse en millones de pedazos. Pero era su culpa por crearse ridículas ilusiones. Aunque. Si Jake tenía novia y la amaba mucho....¿Porque actúa como actúa? ¿Porque cada vez que están solos intenta cumplir sus lujuriosos deseos?.
-¿Y tu Tom? ¿Hay alguna afortunada secreta?.
-No no...considero que eso del amor no es para mi, no lo entiendo muy bien.
La entrevista prosiguió hasta llegar a su fin.
Ambos se despidieron de la entrevistadora, Tom fue por su celular que sin querer lo había dejado en el camerino.
Jake lo siguió. Llego hasta el camerino también y cerro la puerta con llave , sorprendiendo a Tom.
-¡¿Que haces Jake?!
-Tenemos algo pendiente...¿recuerdas?-exclamo el ojiverde-.
Tom se indigno demasiado. No podía permitir que lo siguieran usando.
-No tengo nada pendiente contigo-mencionó Tom tratando de caminar hacia la puerta pero Jake no lo dejo-.
-¿Ah si?-dijo acorralando a Tom contra la pared-¿Acaso no recuerdas como te movías sobre mi entrepierna?.
Tom se paralizó y se sonrojó, agachando su cabeza.
-No...no...-mencionó el menor nervioso-.
-¿No recuerdas los pequeños gemidos que emitía tu hermosa boquita?-dijo levantando con su mano el mentón del menor-.
Tom apartó su rostro avergonzado.
-No...se de que hablas.
-¿Ah no?-dijo acortando más la distancia hasta el punto de rozar su labios-.
La respiración de Tom era pausada, y Jake podía sentirla, disfrutaba tanto poner al chico de una forma tan vulnerable. Decidió acabar con el deseo que tanto le atormentaba.
Besó al menor.
Fue un beso lento, ambos lo estaban disfrutando.
Pensó que Tom no lo correspondería, pero ahi estaban sus labios, danzando una cálida melodía con los del mayor.
