Glow~ Changlix

Stray Kids

~Changbin~
Entramos a nuestro hogar y fuimos cada uno a su habitación para cambiarse a una ropa más cómoda y desmaquillarse si así lo querían. Luego acordamos que nos reuniríamos en la sala de estar para hablar.

No eh hablado con Félix desde el incidente y eso me preocupa. Debería hablarle. No. Debe tener demasiado en qué pensar para preocuparlo por..... Nosotros? ¿Desde cuándo "nosotros" se volvió un tema? Siempre fue todo tan natural que nunca ví razones para hacernos estos cuestionamientos, pero ahora es tan real, y me hace tan bien que es momento de ponerle un nombre, o por lo menos de aclarar nuestras intenciones.

No me di cuenta cómo, pero en un momento ya estaba cambiado y abriendo la puerta de madera de la habitación. Pero paré en seco y observé a la persona con quién compartía mí cuarto, estaba sentado en la cama observando un punto fijo, tal y como lo había encontrado esa mañana, pero esta vez algo en su mirada era distinto, algo más liberado, pero no completamente. Cerré la puerta detrás mío para acercarme a él con más confidencialidad, sin embargo no tuve que hacerlo volver a la realidad como hace unas horas, él mismo buscó mí mirada y golpeó 2 veces la cama, al lado suyo, indicándome que quería que me siente y así lo hice.

Yo dije las primeras palabras.

- ¿Así que Woojin Hyung eh?- sonreí para que notara que realmente lo tomo como algo bueno, a lo que Chan rió un poco y asintió antes de responder.

- Desde que lo conocí supe que algo era diferente con él, diferente bueno, yo no tuve problema en aceptarlo, aunque para él fue algo más dificil- tomó aire y suspiró fuertemente para luego continuar- no quiero imaginar lo que debe de estar pasando por su cabeza, por eso ahora debemos apoyarlo más que nunca.

- A ambos- afirme cuando terminó, pero el agregó.

- Yo estaré bien Changbinnie- Se levantó empezando a caminar hacia la puerta, pero antes de cerrar dijo- te veo afuera, creo que ahora tenés algo más importante que hacer.

Quedé helado ante su comentario ¿Se había dado cuenta? ¿Cómo? ¿Y darse cuenta de qué? Si ni siquiera yo tengo esa respuesta, no somos nada, solo somos mejores amigos, mejores amigos que se aman más que a nada en el mundo, o por lo menos yo lo hago.

Era mí turno de buscarlo, él lo había hecho esta mañana. Decidido, caminé por el pasillo hasta llegar a la habitación de Seungmin y Félix, y sin previo aviso abrí la puerta de par en par dejando escapar un suspiro que al final dejaba escuchar un suave "Lix" lleno de preocupación. Un par de risas me hicieron levantar la cabeza para encontrarme con Jisung y Minho observándome confundidos pero divertidos, giraron sus caras lentamente para mirarse y estallaron de la risa imitando mí dramática entrada. Esto me pasa por no prestar atención. Esto me pasa por no tocar la puerta. Reí sarcásticamente y les enseñé el dedo medio para que supieran mí opinión al respecto mientras cerraba la puerta.

La habitación de Félix estaba al lado, pero esta vez fui precavido y toqué antes de entrar. Una voz gritó "pase" desde adentro de la habitación, por lo que abrí lentamente la puerta esperando encontrarme con el par de chicos que dormían en ese cuarto, pero en su lugar solo me encontré con uno, parecía recién salido de la ducha, aún con el pelo mojado y el torso descubierto, pero con unos pantalones cómodos que comenzaban desde su cintura cubriendo sus piernas. Y debió notar mí falta de habla, porque en seguida carraspeó suavemente y dijo.

- ¿necesitas algo Binnie?- no sabía qué contestar, pero una idea algo estúpida se vino a mí mente en ese momento.

- A ti- contesté y me arrepentí al momento en que lo dije, tanto que me giré y tomé la perilla para salir de allí, yo solo quería escapar de mis estúpidas desiciones, sin embargo logré abrir la puerta solo unos centímetros antes de ser nuevamente cerrada, pero esta vez por un pecoso chico que se había aproximado hacia mí tan rápidamente que no había sentido su presencia. Me estaba acorralando contra la puerta, una mano la tenía en la misma y la otra en mi brazo, como rogando que me quede. Los dos sabíamos lo que esto significaba, lo que arriesgaríamos, lo que sacrificaríamos, pero por un momento, lo que ganaríamos se sintió más grande, más fuerte, más valioso, más saludable. Porque nuestros cuerpos nos pedían sentir el contacto del otro, nuestros corazones querían latir a un mismo ritmo, y nuestras almas conectarse como si fueran una. Y fue algo mutuo, ambos acortamos esa distancia que nos separaba para unir nuestros labios en un beso suave y lento, dejando que nuestros sentimientos se transmitieran en cada movimiento, en cada caricia, en cada suspiro. Sus labios estaban calientes, o tal vez todo estaba caliente. Me pregunté por qué había tardado tanto en llegar hasta aquí y por un momento toda respuesta lógica antes formulada de repente ya no lo fue, ahora mismo solo me reprochaba el hecho de que podría haber sentido está sensación tan hermosa hace mucho tiempo antes y desaproveché todas las oportunidades solo por miedo, y aún lo sigo teniendo, pero ahora mismo no es tan relevante.