La paz de tu sonrisa

Pijamada

La habitación de Kagami es tan grande como la de Adrién, pero su decoración es más tradicional y sofisticada, dormiremos en futones así que armamos un fuerte y jugamos guerra de almohadas.

Ka— muchísimas gracias Marinette, este es el mejor cumpleaños de mi vida! Me duelen el estómago y las mejillas de tanto reír.

M— yo también me la he pasado muy bien!

Ka— Marinette, puedo preguntarte algo?

M—traga saliva—eh? Cla-claro!

Ka— amas a Adrién?

M—eh? Porque me preguntas eso?

Ka— desde que te conocí note como te comportas cuando estas junto a Adrién, no puedes hablar, eres más torpe y se nota que la presencia de él te impacta muchísimo aun con solo estar parado al lado tuyo. Yo solo puedo pensar que es amor.

M— bueno, no se, no estoy segura de muchas cosas ahora, he pasado por situaciones que me hacen dudar de todo con respecto a mí, al amor y mi futuro.

Ka— y ese chico...luka?

M— no se.... Kagami, si me preguntas por Adrién es por otra razón?

Ka— una vez te dije que yo no dudo, yo estoy segura de lo que siento por Adrién y estoy dispuesta a hacer lo que este en mi para conquistarlo, pero... Si tu me dices que le amas estoy dispuesta a alejarme de él. Eres mi única amiga y valoro más eso que el amor que pueda tener hacia Adrién.

Un impulso en mi estuvo a punto de aceptar la oferta, una parte de mí quería decirle que amaba a Adrién, que ha sido mi primer amor! Pero... A mí mente viene todo el tiempo que el maestro Fu tuvo que posponer su felicidad para no poner en riesgo a nadie y además mi pecho dio un salto abrupto, de la nada Luka viene a mi mente.

M—Kagami, si Adrién es feliz contigo yo estoy bien, después de todo solo somos amigos, yo también valoro más eso que nada.

Kagami me abraza, esta vez el abrazo es más natural, sincero y tranquilo.

Ka— Gracias Marinette!

Después de semejante confesión miramos una película y al final nos dormimos, pero yo no podía conciliar el sueño, tantas cosas pasan por mi cabeza. Aveces no quisiera ser yo.