Catarsis Teñida De Carmesí [EDITANDO]

CAPÍTULO 15

—Recuerda que está bien romperse, perderse, ahogarse. Esta bien vivir.

                By Juliana del Pópolo

NICOLÁS, UN MES ANTES DE LA TRAGEDIA.

A veces espero demasiado de las personas, digo, en serio lo doy todo sin importar que no recibo lo mismo de vuelta.

Por eso cada que Victoria me escribía para hablarme o preguntarme lo que sea, yo respondía sin demora.

Porque creía que al darle todo lo que necesitaba en el momento adecuado, haría que ella me quisiera aunque sea un poco.

Por eso ahora que ella está en mi puerta, me da a entender que todos mis esfuerzos al fin han dado frutos.

— ¿Puedo pasar?—pregunta ella con algo de timidez.

—Claro que sí—respondo emocionado, tanto que no soy capaz de ocultar mi euforia por su visita.

—Gracias—dice mientras se abre espacio entre la puerta y mi cuerpo para pasar por mi jardín rumbo a mi sala.

Durante el corto trayecto en el que atravesamos el jardín ninguno dice nada, por mí esta bien, su sola presencia es más que suficiente para mantenerme feliz el resto de la semana. A veces creo que es algo patético estar tan enamorado de una chica que apenas si me habla de vez en cuando.

Llegamos a la sala, no sé porque está aquí, con todo lo que ha pasado últimamente en la vida de los demás por su culpa, creo que debería estar un poco intimidado pero el amor que siento por ella es mas fuerte que el miedo.

Victoria toma asiento en el sofá más grande, se cruza de piernas, me mira con mucha lástima y suspira. Viste una falda de jeans algo corta, un crop top de seda guinda sin mangas y unas sandalias negras con piedras plateadas. Su maquillaje es de lo más natural que he visto, un poco de máscara de pestañas y rubor.

Se ve hermosa.

—Quería que hablemos Nico, es algo serio, después de todo lo que haz hecho por mí lo mínimo que puedo hacer por ti es esto.

No comprendo acerca de lo que quiere hablar, supongo que va relacionado con su venganza o algún suceso relacionado a eso.

— Bien, entonces solo dilo Victoria— contesto intrigado y fascinado porque ella ha venido hasta aquí para darme alguna clase de explicación.

— Iré al grano—dice ella directa como siempre, ni siquiera espera a tener mi aprobación y suelta lo que quiere decirme—Tú eres la última persona de mi lista, el último nombre de esa maldita lista. Pero si estoy aquí es porque no pienso hacerte nada parecido a los demás.

—¿Quieres decir que no arruinaras mi vida?—pregunto con sarcasmo.

Ella me mira con tristeza, lo que me confunde, estoy algo impactado por tener un espacio en esa lista, aunque no lo suficiente porque sabía que tarde o temprano descubriría que fui parte de todo lo malo que le pasó ese día.

Quisiera saber cómo se enteró.

—Algo así, pero tengo hacerlo de alguna forma porque estas en la lista — dice muy seria, no imagino que ha ideado en su cabeza para mí.

— ¿Quién te lo dijo?—pregunto para tener un poco de tiempo antes de que ella me destroce.

— Fue un mensaje anónimo, de un número desconocido. Ten — ella empieza a buscar el mensaje en su celular y luego me lo pasa. El mensaje fue redactado por Paola, lo sé porque la conozco diez años, es imposible que me equivoqué, siento la puñalada demasiado fuerte.