•ODIO•

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Te veía mientras intentaba mantenerme de pie en la cocina porque se suponía que debía ir a trabajar. Te diste cuenta de que te miraba pero no me sonreíste como siempre lo hacías, quizás fue las cosas que te dije o porque me veía realmente mal.

Cercarte a mi fue lo más lejos que habías llegado en aquella semana, sin embargo luego sobrepasaste los límites palpando mi frente y cuello solo para ver si tenía fiebre, aunque yo sabía que la tenía.

Me mandaste a la cama y quizás me habías dicho más palabras allí que en toda aquella semana o simplemente estaba delirando por la fiebre.

Te escuchaba hablar en la sala por teléfono y supuse que le hablabas a mi jefe de aquel entonces para decirle que estaba enfermo. Tal vez si le hubieras dicho que me estaba muriendo no me descuenta el día, aunque tú no aprobarías eso.

Esperaba a que terminaras de hablar solo para verte de pie en el umbral escarmentándome con el argumento de que debía tomarme las cosas con calma. Solo esperaba escucharte hablarme, sin embargo eso no sucedió

Te paraste un minuto en el umbral mas no gritaste ni me hablaste. Todo era silencio uno que no me gustaba. Un silencio que lo único que estaba logrando era distanciarnos.

Y aunque el silencio predominara en el ambiente, te acercarte a colocarme un paño húmedo en la frente, mientras que dabas vueltas por toda la habitación balbuceando cosas sobre mí que no llegué a oír, o quizás fueron producto de mi imaginación en aquel momento.

Hasta ese momento habías roto todos los límites, y se que así seguiste el resto de la tarde. Y aunque yo no estuviera en mis cabales sabía que estabas allí, porque sentía tus dedos perdiéndose entre las hebras de mi cabello ida, vuelta y enredándose.

Así como entre la batalla de la consciencia y la inconsciencia te escuchaba balbucear que me querías; a su vez como la inconsciencia ganaba te veía tomar maletas y salir por la puerta, aunque en aquel entonces era solo un mal sueño. Uno que perteneció a mi inconsciencia.

Porque la poca consciencia que me quedaba, sentía lo frío del agua en mi frente al igual que tus manos acariciando con delicadeza mi cara. Y solo antes de que la inconsciencia ganara la batalla comprendí que me había equivocado, que había dicho cosas sin necesidad, que las dije sin saber a lo que nos enfrentábamos, a lo que tú te enfrentabas.

Porque cuando volví a abrir los ojos no te encontré en el lugar en el que te había visto cuando los cerré, porque pensé que aquel mal sueño se había hecho realidad, solo hasta que te ví dormida del otro lado.

Un segundo fue lo que tardaste en abrir los ojos, y otro en sentarte y acariciar mi pelo. Fue cuando comenzaste a mirarme y yo te pregunté si me odiabas, si querías irte, si ya no me querías.

Me dijiste que el odio es un intento por rechazar o eliminar aquello que nos genera disgusto; un sentimiento de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, o fenómeno. Que es capaz de la destrucción del equilibrio armónico y ocasionalmente de la autodestrucción.

Que así como el amor, es un sentimiento muy fuerte que nos puede llevar a los extremos de un todo, al que algunos describen como un sentimiento de supervivencia y otros uno sin importancia, sin embargo que necesitamos para aprender.

Es todo lo contrario al amor o siquiera al afecto, mas aquello no era lo que sentías por mí.

Aquella noche te pedí disculpas, porque muy en el fondo sabía que estábamos allí era gracias a ti, porque fuera lo que fuese que hacías evitaste que nos quedáramos sin comer.

Porque ahora me arrepiento tantísimo del tiempo que perdí.

Porque así como me lo dijiste aquella noche mientras pasabas las manos por mi cabello, a veces las palabras, que están formadas por letras con un sentido completo, se vuelven nada hasta mezclarse con las mazas de aire. Porque quizás el odio se disolvió en las masas de aire dejó de ser todo para convertirse en nada.

Y ahora cuando la consciencia gana y mis sentidos están completos, la inconsciencia demostró que ya era tarde, ya te habías ido, ya real y tangible.

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Hola, no suelo aparecer por aquí, aunque esta vez decidí hacerlo solo para decirles que estamos muy cerca del final y lo más seguro es que suba los capítulos que queden como maratón probablemente durante la semana o el fin de semana que entra.

Eso es todo...

A se va 😂❤

EL DÍA EN QUE TE VUELVA A VER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora