Sé que en muchas ocasiones ya se ha hablado de esto, quizás una vez más no estaría mal hacerlo...
Contacto. Existen dos definiciones para la palabra: La primera funciona como la acción de comunicarnos, de hablar con alguien. La segunda de tocar, del tacto.
Pero en este caso las dos definiciones, compuestas por oraciones que contienen palabras, que a su vez están compuestas por letras y espacios con un sentido completo, entran perfectamente en contexto.
Sea cual sea la definición que decidas tomar las dos son importantes para el ser humano y el desarrollo de su vida. El ser humano no puede vivir sin comunicarse, sin poder hablar con alguien no importa cual sea el medio, lo necesitamos; nos hace sentir parte de algo, de un grupo y de un nosotros. Tocar refuerza nuestros lazos afectivos, comunica hasta cierto punto nuestros sentimientos y quizás, como solo la función de un tal vez signifique algo más.
Quizás hablarte de esto no sea, es o será la mejor manera de iniciar esto, pero en realidad no hay manera de iniciar esto, no existe un punto inicial ni de partida. Te asegurarte de no dejarlo. Te aseguraste de ni siquiera marcha atrás.
Te aseguraste que tu contacto marcara un antes y un después, que no existiera punto medio. No existe punto medio en esto.
Nombres y apellidos, han abundado en toda la historia de la humanidad, muchos no pasaron desapercibidos, y como dejaste en claro, marcaron el curso de la humanidad. Su contacto con el mundo exterior fue quizás el detonante de sus ideas.
Pero para tu nombre y apellido, no tengo un punto de ignición tampoco.
Porque cuando desperté y si es que estoy despierto, cuando noté que ya no estabas, te lo llevaste todo contigo: Te llevaste nombre y apellido, un café y manchas que no se quitaran de las telas, un sonido y las ondas de cabello convertidas en mar. Te llevaste lo que comenzaba a convertirse en una rutina y parte de mi cotidianidad. Te llevaste el alcohol y los cigarros, las mentiras, el sol y el cabaret. Te llevaste un reloj y una maleta, que a fin de cuentas estaba más que llenas de recuerdos que de otra cosa.
Y aunque te llevaste la mayoría de todo, me dejaste tus recuerdos más importantes, esos que no dejaron espacio para un punto medio entre el antes y después. Porque te conozco sé que los dejaste por alguna razón, sé que los dejaste para que te recordara si te olvidaba de alguna manera. Pero, no lo hice, no te olvidé y no te olvidaré.
Me dijiste que no sabías comenzar a decirme las cosas que te tenías guardadas. Tienes razón y ahora comprendo perfectamente a lo que te referías.
Tú comenzaste pidiendo disculpas, por todo, por lo que si debías y por lo que no, por ti y por mí, por un nosotros y por un nada. Y yo, con el contacto, perdonándote por todo, por lo que sí debías, por lo que no hiciste, por ti y por mí, por un nosotros y por un nada.
Sé que quizás nunca leas esto, que ni siquiera lo recibas, porque quizás ya estés al otro lado del mundo. Aunque así como que yo no te recordaba era solo un tal vez.
Sin embargo, cualquier lugar que estés, acompañada con una maleta llena de recuerdos, que vacíes cada vez que la abras voy a estar allí, en cualquier lugar en el que esté, buscando huellas quizás una flor en cada esquina, o recordándote cada día 13.
Pero sea cual sea tu destino final, tu última parada. Para el día en que te vuelva a ver, espero que tú aún me sigas amando tanto como yo lo haré.
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EL DÍA EN QUE TE VUELVA A VER
RomansLos recuerdos y la memoria nos mantienen vivos diariamente, con ella aprendemos la rutina, la memorizamos y la recordamos todos los días, y si es necesario cambiarla lo hacemos sin problema. Mantienen vivos a los que de una u otra forma ya no están...