Capítulo 2.

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La travesía empezaba para aquel obediente mortal, ahora convertido en semidios, el hombre salió del Reino de su ahora mentor, aquella frívola deidad le había ordenado sumergirse en las profundidades del tártaro, un infierno para aquellos desterrados por el Dios del trueno o por el propio mentor del hombre, el antes mencionado salió del Reino de Hades donde una cara conocida lo esperaba, Caronte, el Barquero yacía sobre su bote, esperándolo sobre su viejo barco, el hombre no dijo nada, simplemente entro a aquel transporte y el contrario empezó a remar, el viaje se hacía largo, tedioso y silencioso, dicha cualidad sería rota pues el propio barquero solitario soltaria una risa pasmada y vieja.

—Así que Lord Hades ha elegido vuestra alma para esta encomienda... Debe de estar loco para escoger a un simple mortal revivido... No tienes oportunidad alguna.. Es un suicidio..-

Fue lo vociferado por el anciano, la respuesta del hombre no fue tardía, respondiendo con suma seguridad.

—Si el decidió eso.. Es por una razón.. Puede que ni tu ni yo podamos verla.. Pero el si... Y no eres quien para cuestionar la voluntad del rey...-

El viejo echo a reír con gozo, pues nadie se había atrevido a cuestionar al transportador de almas, este simplemente respondió

—Tienes agallas mortal...-

El anciano levanto con lentitud su arrugada mano, levanto dos dedos y provocó un chasquido, una extraña luz oscura apareció de la nada, y una extraña bolsa de tela azul cayó sobre el barco

—Recogela...-

El hombre accedió y la tomó, inmediatamente la abrió e introdujo su mano, su sorpresa fue enorme al sacar dos ojos completamente conservados

—Cuando Zeus me designó a esto...Yo accedí, pero no podía con el horror de esta labor..-

El barquero contaba su historia, mientras viajaban por el lago del Aqueronte, el hombre escuchaba atento, mientras volvía a introducir su zurda, retirando una daga

—Yo mismo retire mis ojos con esa daga.. Pues no soporte el horror de estas almas... Cuando Hades se enteró de mi accionar me castigo.. Y en mis faltantes globos puso un poder visual misterioso.. Ahora puedo ver todo.. Hasta lo que no quiero.. Es realmente horrible.. Este poder de percepción es horripilante para mi...Pero a ti te servirá... Si quieres este poder...-

Su zurda se levanto con poderío y una llama azul se formó en esta, la flama se movió cual serpiente hacia los globos, estos se iluminaron por unos segundos, luego volvieron a su Estado normal

—Sacate los ojos con esta daga, si tu tenacidad y valentía es de tal calibre como tus palabras, recibirás una parte del poder de mi percepción...-

El hombre trago saliva, pues el temor empezaba a consumirlo, finalmente accedió a tal terrible acto, el semidios tomó con fuerza la daga y la introdujo en su ojo derecho, el dolor y el grito fue horripilante, el ojo cayó al barco, instantáneamente el hombre siguió con el siguiente ojo, el cual también cayó, ciego y adolorido, tomó con sus manos los globos oculares otorgados por el barquero, y los introdujo en sus  cuencas, dichos ojos brillaron, el dolor cesó y el semidios recuperó su vista, la cual había mejorado.

—P-Puedo ver todo... Desde lo que tengo al frente hasta lo que sucede a mi espalda.. Es increíble...-

—Tu lo disfrutas, yo lo odio... Para gustos colores... Puedes quedarte con el bolso.. Te ayudará con tu cruzada...-

El hombre accedió, atando la Bolsa a su cintura, esta de repente brillo, y tomó la forma de una bolsa más grande, oscura y con flamas moradas y eternas, el hombre se volvió a sentar.

Cháos: EkdíkisiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora