Capítulo 10.

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Todo parecía mejorar a cada día que pasaba, los lazos con los nuevos vecinos mejoraban mas y mas, Demetrius y Matthew jugaban cada día que podían, meses pasaron, Raquel le dio la noticia de que estaba embarazada, a los pocos meses del suceso finalmente logro obtener a la niña que siempre quiso.
Tras este suceso, Cole se esforzó mas en su trabajo, llegando puntual todos los días este logro obtener un merecido ascenso, Nicolás por su parte decidió casarse con su prometida y le pidió a Cole que sea su padrino, este acepto, Raquel se encontraba en buena forma, y el bebé se desarrollaba con suma normalidad, todo era perfecto en su vida.
16h00, a Cole se le dio el resto del día libre por el tema de su bebé, pues estaba a pocas semanas de nacer, saliendo del trabajo logro oír una dulce voz que lo llamaba.

-Cole..-

Este busco en todos lados, lo único visible fue una pequeña figura corriendo, no sabia lo que pasaba, mas la siguió para intentar identificarla, la persecución llevo varios minutos hasta que vio como lo que parecía ser una niña pequeña giraba la esquina en dirección a un callejón sin salida, este la persiguió mas su sorpresa fue enorme al darse cuenta que esta había desaparecido, la busco en los alrededores, no la encontró, extrañado se rascó la cabeza y volteó en dirección a salir del callejón mas esa tarea fue imposible pues recibio un fuerte golpe que lo dejaría inconsciente.

-Despierta..Dormilón..-

Un balde de agua fue lanzando a su rostro, este despertó maniatado a una silla, exaltado pregunto.

-¿Que? ¿Que es esto? ¿Donde estoy?-

Múltiples veces intento zafarse del nudo, mas no pudo, la misma voz que una vez lo llamó volvía a resonar.

-Oh, Cole..-

La voz repitió aquel sonido múltiples veces hasta tornarse macabro, en un tono grave una sombra se movía, finalmente una figura se mostraba, era la del pequeño Matthew.

-¿M-Matthew? ¿Que es esto?-

Su voz era diferente, grave, demoniaca y sus ojos se pintaron de un color rojiso intenso.

-Oh, yo no soy lo que piensas que soy, tal vez no me recuerdes pero tranquilo, pronto lo recordarás.-

Aquel infante hablo, la oscuridad del lugar no le permitía ver mas allá, varios pasos dio el pequeño.

-Te dije que te doblegaría..pero creo que eso no bastará, así que tomaré medidas algo extremas.-

De repente todo el paraje se ilumino, revelando un paisaje caótico, toda la ciudad en llamas y destruida se podía apreciar tras un cristal reforzado, y alrededor de Cole varias estacas clavadas, donde yacían las cabezas de sus amigos y conocidos.

-Sabes, tienes suerte, es difícil doblegarte, tuve que pasar mas tiempo en esta ilusión y tu amiga intento salvarte mas parece que no pudo, pues ella también se encuentra temerosa de mi, pero es normal, mi poder es enorme, pero parece que tu lo superas.-

Rápidamente el niño levanto un dedo, la silla donde estaba atado se elevo para ser puesto de cabeza y estrellarlo, la silla se rompía y este permanecía atado y de pie, flotando.

-Siempre me pregunte cual seria tu punto débil, y parece que lo encontré.-

Descendía lentamente una estructura de madera, dos personas estaban colgadas de manos: Eran Raquel y Demetrius, un Cole alterado solo supo gritar.

-¡Desgraciado! ¡Dejalos! ¡¿Que les hiciste?!-

El infante tras aquella pregunta echo a reír con gozo, pues ambos estaban sin lesiones.

-¿Yo? Yo no les he hecho nada.. La verdadera pregunta es ¿Que podrás hacer tu?-

Cole, aun flotando es liberado de su nudo, en su cuerpo crece una bruma negra que lo cubre: la armadura volvía a su puesto mientras que en su mano derecha volvía a estar la guadaña.

-Ahora, sabrás que es el miedo.-

Un espantoso rugido fue emitido, el infante tomo una forma tan oscura como la noche y se introdujo en el cuerpo de Cole, este lo controlaba ahora, mas Cole aun permanecía consciente.

-¿Que? ¿Que pasa?-

-Sabrás ahora lo que planee, asesinaras a tu familia una y otra vez sin descanso alguna, un ciclo sin fin que romperá con tu cordura y tu valentía, disfrutalo.-

Acto seguido la vista de Cole se nublo, lo único que veía eran dos seres oscuros, sintió las ganas de acabarlos por lo que corrió hacia ellos, propinando múltiples cortes que cortaron en tajos a los seres, así fue como Cole mato por primera vez a su familia.

[¡¿Que?! ¡Detente! ¡No!]

Cole aun estaba consciente, vio a su familia morir de manera despiadada, estos volvían a la vida aun, Cole intento tomar el control pero no pudo, ese cuerpo ya no le pertenecía.
Segado por una ira incontrolable, lanzo un corte hacia el vientre de la mujer, aquel feto casi desarrollado cayo al suelo, un solo pisotón bastó para explotarlo, acto seguido corto las cabezas de ambos lanzadolas al aire y rebanandolas.

[¡No! ¡Detente!]

En su mente solo podía gritar, sus ojos eran testigos del mal que causaba, su armadura cada vez se teñía de la vitalidad carmesí de sus víctimas, las cuales resucitaban con mas dolor, muriendo de mil y una formas posibles, eran desollados, aplastados, devorados, rebanados, decapitados, quemados, todo método de asesinato posible era causado por el castaño, mientras que ningún método de tortura se comparaba con el que estaba sufriendo, acabando con lo que él mismo construyo.
A pesar de no tener control sobre su cuerpo, las emociones esbozaban, tras el casco Cole derramaba lágrimas, con todas sus fuerzas intento detenerse pero su cuerpo no respondía, aquel calvario continuo sin descanso como fue dicho, la cordura de Cole se agotaba poco a poco, su fortaleza se desvanecía, y su voluntad también, de aquel Cole que se conocía solo quedaba un hombre cobarde, obligado a asesinar a su amada esposa y a su hijo, una y otra vez hasta que aquel ser se canse.
El ciclo continuaba, Cole rogaba piedad, más este no recibió ayuda, llegando a un punto a que su armadura era roja completa, los cuerpos seguían reviviendo, hasta que una palabra puso el último clavo en el.

-Te amo..-

Palabras dichas por Raquel, antes de que su garganta fuera cortada por la guadaña y su corazón arrancado por su propio puño y aplastado, parece ser que el sueño que Cole amaba tanto finalmente se revelaba como tal, una pesadilla sin fin alguno, pues ahora estaba a la merced del temor y el miedo, aquel espíritu profano logro su cometido, doblegar y derrotar a Cole.

Cháos: EkdíkisiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora