Capítulo 3.

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La cruzada mantenía su tono misterioso y largo, después de conseguir que el Dios de la fragua logre mejorar su armamento y una armadura nueva, este decidió volver de camino al Hades, el cual se le complicó, pues el regreso implicaba una larga cascada la cual no podía ser escalada, el hombre decidió volver a la cueva de Hefesto, el cual se hallaba con una enorme sonrisa, hablando con la caja en la que se encontraba su hija

—Señor Hefesto...Mi camino de vuelta al Hades se encuentra bloqueado por la cascada de Aqueronte... ¿Posee usted un camino alternativo para poder volver..? -

El Dios caído, el cual escucho la pregunta del contrario, este respondió.

—Hay uno.. Más no se si es posible que sobrevivas a esto.. Tienes que viajar hasta adentro del tártaro y buscar al padre del tiempo, Cronos, tendrás que convencerlo de ayudarte salir, el posee el secreto para escapar de este lugar...Mas no lo hace.-

El hombre, temerario asintió y camino hacia la salida de la cueva, el Dios lo detuvo

—Espera.. ¿Estas seguro de que irás hacia allá? Cronos es.. El Titán más peligroso.. Guarda un odio incomparable hacia el Olimpo y no creo que reciba bien a un mensajero de estos..-

—Tendré que hablar con el... Debo intentarlo...-

—Sabía que no te negarías.. Por lo cual te daré mis últimos dos regalos... Aprecialos...-

El hombre camino hacia un montón de objetos recién forjados, buscó y rebusco, hasta encontrar un par de dagas, este las coloca en el suelo, después retira un escudo, este los recoge y los agarra con sus arrugadas manos

—Estas dagas.. Poseen el poder de los rayos de Zeus.. Logre colocar esos rayos en esta.. Y el escudo posee el poder de Poseidón, prácticamente impenetrable gracias al poder de los mares.. Con esto tendrás la mínima posibilidad de sobrevivir..-

El hombre aceptó el armamento, guardando las dagas en la oscura bolsa y el escudo es colocado en su espalda, el hombre agradece al ex Dios por su armamento, y parte hacia las profundidades del tártaro.
El viaje empezaba a cansar al discípulo de Hades, pero no se rendía, pues necesitaba culminar su encomienda, llegó a un extraño paraje, se encontraba lleno de lava, y un desagradable olor a azufre y muerte se emanaba del lago, un extraño temblor continuo lo alertó, el hombre corrió hacia la orilla

—¡Cronos...! -

El Titán, encarcelado en las profundidades del tártaro a vagar para siempre por el propio Zeus, hasta que la lava se calcoma su cuerpo o su piel sea arrancada por el viento, escucho el llamado del mortal, este camino hacia el y se agachó

—¿Un mortal ha caído al tártaro? ¿Quien eres..? -

-Soy Cole.. El discípulo de Hades...-

El Titán soltó un puñetazo contra el suelo

—¡Fuera de aquí! ¡Sucio mensajero de los traidores!-

No se podía negar que el hombre sentía un temor enorme, este siguió hablando.

—No me iré de aquí.. Te suplico ayuda para subir la cascada de Aqueronte..-

-¡Largo!-

El padre del tiempo, enfurecido soltó un puñetazo contra el hombre intencionado a aplastarlo, el mortal gracias a sus reflejos logró flexionar sus rodillas y dar varios saltos hacia atrás, rápidamente empuña su guadaña por el mango y la retira de su espalda, la hoja de esta se iluminó en un destello morado, este empezó una arremetida, subiendo al puño del Titán y con un veloz corte, separa el dedo pulgar de su propietario, un mar de sangre se formaba y el dedo cayó a la lava, el Titán soltó un ensordecedor grito y con su mano libre intento aplastarlo, el hombre volvió a correr con velocidad por el brazo, evadiendo el puño, dio un salto y clavo su guadaña en el antebrazo contrario, introduciendo su diestra en su bolso, retira por la empuñadura las dagas otorgadas por el Dios de la fragua, empezando a escalar hacia el hombro a la vez que guarda la guadaña, al llegar a su destino

—Te pido de favor... Ayudame a salir de este lugar... -

—¡No!...-

El titan levanto su puño y lo lanzo contra su hombro, el hombre escaló por la piel del Titán, llegó y luego empezó a bajar apoyado de sus dagas por el rostro hasta la nariz del Titán, causando que su rostro empieze a derramar sangre cual lago, llegando a ese lugar, empuña con fuerza las dagas otorgadas concentrando todo el poder del rayo en sus hojas, da un salto y con fortaleza, clava las dagas en el ojo derecho del Titán, la vitalidad carmesí del ojo brotaba cual sangría, bañando de sangre al perpetrador del acto

—¡Piedad! -

Exclamó en Titán, adolorido y medio ciego

—T-te ayudaré.. Pero por favor para...-

—Bien...-

El discípulo, cansado y exaltado, guarda sus dagas y baja por el brazo del Titán, el cual baja su mano y la estira, una extraña piedra se encontraba ahí

—Tomala.. Invertirá a la cascada y podrás subir...-

El hombre tomó la piedra y la guarda en su oscura bolsa

—Ahora vete...-

El hombre procedió a retirarse de los dominios del Titán, el viaje comenzó a hacerse cansado y tedioso, decidió sentarse en una roca y recuperar el aliento, observo el oscuro paisaje que lo rodeaba, tétrico, con almas afligidas que sufrían eternamente el volver al Hades, pobres infelices

—Debo continuar...-

El hombre continuo viajando, el viento aullaba y el tenebroso cielo causaba una sensación incómoda, haciendo sentir que no quería estar ahí para nada, tras varios minutos de caminata, el hombre llega al lago de Aqueronte, suelta un suspiro

—Dijo que.. Con esto podía invertir el sentido del lago.. -

El semidiós rápidamente coloco la piedra en el centro del lago, la piedra se suspendió en el agua y el el sentido del lago se invirtió, ahora la cascada lo llevaría hacia arriba

—Bien..-

El hombre tomó la piedra y subió la cascada, no fue complicado, pues la fuerza de esta última lo ayudó a llegar rápidamente al Hades, donde Caronte lo esperaba

—Has vuelto... Sabía que el sentido del lago alterado no podría ser obra de nadie más que tuya.. Sube.. Tienes que volver con el señor...-

El hombre accedió, volviendo a colocar la piedra en el lago haciendo que el Aqueronte vuelva a la normalidad, luego subió al barco, donde Caronte lo transportaba

—Llevas equipamiento nuevo.. Parece que tu reunión con Hefesto fue más que buena...-

—Si.. Accedió a ayudarme cuando le entregue la Caja...-

—La Caja de Pandora... Es curioso que Pandora este encerrada en su propia Caja...-

El viejo soltó unas risas, y continuo el largo viaje, las almas golpeaban el barco y Caronte las golpeaba con el remo, sus golpes eran despiadados y duros, al cabo de varios minutos, el Barquero se detuvo frente al Reino

—Hemos llegado...-

El hombre se bajo del barco, y este volvió hacia la puerta del Hades, el semidiós camino hacia el Reino, llendo a reportar hacia el rey del inframundo su misión cumplida.

Cháos: EkdíkisiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora