—Estoy aquí.. Donde el fin de los mares converge con el inicio del mundo, donde las almas atormentadas buscaban un descanso eterno, donde el poderío era lo más débil visto... Es aquí donde me empiezo a desvanecer en el vacío del mundo... ¡Oh, gran Hades.. Apiadate de mi.. Que vuestras frías manos tomen con delicadeza mi alma y con su eterna flama guíen mi ser espiritual al ansiado descanso eterno! ¡Escucha mis plegarias Oh Dios del Hades, que con tus manos a manera de esbirros, reclamas las almas como tuya! ¡Caronte... Ten piedad de mi y guiame sobre aquel impuro río donde las inafortunadas almas aclaman el ser tomadas en tu barco!...-Una hora es la que había transcurrido, el demacrado cuerpo yacía en el paraje, aguardando su muerte
—Los ojos del día.. Bebiendo la noche.. El mal consumado.. El bien trastornado.. La paz... Inexistente... Y el caos creciente... Apiadate.. De este cruento mundo...-
Los párpados del hombre consumieron sus globos oculares, sus comisuras se cerraron, su movimiento paro y su respiración ceso.
Cinco minutos de lo ocurrido, una extraña luz brota del subsuelo, el piso empieza a resquebrajarse, esqueletos de manos, elegantes y toscas las cuales portaban intensas llamas moradas, tomaron con delicadeza el profano cadáver, lo cubrieron completamente, y acto seguido fue sumergido entre la tierra y fuego que se había formado.
Dos minutos de lo ocurrido, el impuro abre sus ojos, confundido, demacrado y sucio, observa el caótico y hermoso paisaje en el que se encontraba—Mis plegarias fueron escuchadas.. Me encuentro en el lugar de mi descanso..-
El hombre no tuvo tiempo de asimilar su logró, cuando una estampida de almas empezaron a empujarlo hacia un río de lava oscura, donde varias almas gritaban horrorizadas, mientras un anciano en un barco de madera se movia solemne sobre la destrucción y caos, se formó una fila, donde el hombre estuvo, el anciano miro a los profanos, sus extraños globos oculares brillaron, y su vieja y pálida mano apuntó hacia el recién caído, sin expresar alguna emoción, el viejo le ordenó acercarse, el hombre se acercó sin poner resistencia
—Caronte.. Barquero del Hades...¿Que he hecho yo para molestar su valiosa paciencia..?-
El hombre vocifero dichas palabras, el contrario no respondió, solo acomodo su remo, esperando a que este se suba, el accedió.
Tosco y violento, era su pasar por el río de las almas torturadas, el viaje empezaba a ser largo, cansado y monótono, pero el permanecía en silencio total, pasaron varios minutos, el barco se detuvo en frente de un palacio de belleza de muerte, las flamas eternas lo rodeaban cual coraza, solo los elegidos podían pasar, el hombre camino hacia la puerta, la cual no era más que una pared de flamas en penumbra total, un instinto hizo que el introduzca su mano, temeroso de lo que pasará, vio que no pasaba nada, procedió a introducir todo cuerpo cruzando la pared, llegó a un elegante y oscuro lugar—Estoy aquí.. Donde el Dios del inframundo gobierna...-
Una extraña luz apareció frente a el, lo guió por un largo pasillo pedregoso y extraño, hasta que se toparon un trono, su destino hacia sido alcanzado, el hombre se arrodilló benevolente
—Aqui estoy Majestad, guiado por su valiosa orden, donde sus súbditos intercedieron, guiandome por el caótico y hermoso camino de su extenso reino, Reino improfano y sagrado ¿Que he hecho yo.. Un sucio, vulgar y osado mortal para poder perturbar su paz y hacerle gastar su valioso tiempo en mi? Sea cual sea el peso del castigo el cual sea impuesto en mis manos, lo aceptaré sin rechistar... Pues soy un ser que lo ha seguido por mucho tiempo, y un castigo vuestro es un deseo para mi ¡Oh gran Hades, rey del inframundo, apiadase de mi alma y ayudeme a alcanzar el descanso eterno..-
Alzándose majestuoso y solemne, inexpresivo y hermoso, se hallaba el Dios del inframundo Hades, el cual observo y escucho todo este tiempo al varón
—Dime tu nombre...-
Con una voz gruesa y déspota, ordenó aquella deidad hacia aquel mortal
-¿Mi nombre? Gran Hades.. No recuerdo nada de mi pasado terrenal más que mis plegarias hacia usted...-
El hombre, respetuoso y temeroso ante el señor del inframundo, el cual echo a reír al escucharlo
—¿No recuerdas vuestro nombre..? Que singular.. Podré ayudarte con eso... A cambio de un simple favor...-
Respondió, por un momento parecía que el señor del inframundo no era tan oscuro, el mortal respondió
-¿Un f-favor? P-pero señor Hades.. Mi ser es débil para cumplir su orden y..-
No pasó mucho, hasta que las palabras contrarias fueron cortadas por el propio gobernante
—¡Silencio! ¡No es una pregunta!..-
Inmediatamente el rey se reincorporó, estirando sus extremidades, da cortos pasos hacia el recién caído, el hombre retrocede unos pasos pero es alcanzado por Hades, el cual toca con delicadeza su frente, inmediatamente el hombre cae de rodillas y se eleva, una intensa iluminación morada es expulsada de sus ojos y boca, la mente del mortal se aglomera de recuerdos pasados, el mortal cae al suelo con la cabeza baja, suelta unas palabras
—Lo recuerdo... Me llamó Cole... Estoy aquí.. Debido a que el mundo a como lo conocemos cayó.. Debido a la aparición de seres misteriosos los cuales fueron llamados "Los profanos"...-
No pasó mucho tiempo hasta que el señor del inframundo lo volvió a interrumpir
—Bla, Bla, Bla.. Conozco la historia insolente.. Pues yo tengo parte de la culpa... Pues estos «Profanos» son almas corrompidas por magias negras, las cuales mantenía encarceladas en la conocida caja de Pandora.. Pero alguien los liberó... -
Anonadado, el hombre escucho el relato de la deidad, el respondió
—¿Los liberaron? ¿Quien lo hizo?...-
La deidad respondió con un tono sarcástico
-Si lo supiera estuviera de comida para Cerbero en la eternidad, desgraciadamente el escapo..Eh aquí mi favor.. Te regresaré algo más que la vida.. A cambio quiero que acabes con las almas prófugas...-
El hombre, benevolente pregunto
—¿Por que yo..? Un simple mortal caído... ¿Por que tiene fe en mi?..-
—Porque se lo sucedido.. Se que uno de estos le arrebató la vida y el alma a tu familia.. A tu hermosa esposa y a tu querido hijo.. Te estoy ofreciendo la oportunidad de venganza y un estatus de discípulo a mi lado..-
—¿Venganza..? -
Dicha palabra empezó a resonar en la mente del hombre, ansiaba lo antes mencionado y empezó a gustarle la idea
—Aceptó Lord Hades..-
—Excelente...-
El Lord del inframundo realizo un chasquido, un extraño brillo se alzó sobre el hombre, una guadaña de mango de huesos cayó sobre sus mangos
—Necesitaras esto...-
En su diestra se formó una llamarada morada, la cual fue hacia el mortal, lejos de asesinarlo, esta lo elevó, otorgándole una resistencia sobrehumana, reflejos envidiables y fuerza incomparable
—Te he otorgado lo necesario en aspecto físico.. ¿Pero tendrás lo necesario en espíritu?..-
El señor del inframundo bajo de su trono, en su mano una intensa flama formo una tosca y rústica caja de madera, la cual se la dio al mortal
—Ten esto... Viaja al tártaro, donde se encuentra desterrado el señor de la fragua.. Hefesto, le entregaras esto.. Y el a cambio aceptara gustoso otorgarle a tu arma una mejora...-
—Le prometo que no lo decepcionare...-
Fue lo dicho antes de partir, el mortal camino y la voz del Dios lo detuvo
—No abras esa caja.. Para nada.. Y ahora eres un semidiós, pero nadie lo sabe.. Si alguien se entera mi estatus en el Olimpo estaría en riesgo.. ¿De acuerdo?..-
—¡Si!..-
El hombre, benevolente y obediente, continuó su viaje hacia las profundidades del tártaro ¿Que le deparaba el viaje? No lo sabia, el solo quería cumplir su cruzada.
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Cháos: Ekdíkisi
AçãoCole es un soldado retirado que sufrió la invasión de «Los profanos» los cuales lo dejaron mal herido, este muere y cae en el Hades, donde el Lord del inframundo lo solicita exclusivamente a el ¿Que le depara el rey Hades?