Seleccionar almas no es tan difícil, al menos no para mi. Las almas parecen estar misteriosamente atraídas a mi, no me temen, más bien me ven como un salvador.
Hacer este trabajo me llena de felicidad, al fin siento que estoy contribuyendo a este lugar que me ha dado buenos recuerdos en estos años. Sobretodo ayudo a mi esposo, Hades, a hacer su carga de trabajo más ligera.
Después de un día ocupado vi al señor del infierno a lo lejos esperando por mi. De inmediato me acerqué y fui junto a él a nuestro hogar.
Ryuichi- ¿Cómo estuvo el trabajo? Si necesitas algo no dudes en pedirlo.
Akihito- Estoy bien, gracias por la oferta.
Mientras nos dirigíamos al comedor uno al lado del otro, conmigo aferrado a su brazo, observé lo delicado y hermoso que se veía la mesa donde cenariamos. El decorado con oro lo hacía muy atractivo, pero faltaba algo más así que decidí agregar algunas flores para que se viera aún mejor.
Akihito- ¿Te gusta?
Ryuichi- Si, se ve muy bien. Esto me recuerda que aún no hemos remodelado los Campos Eliseos.
Akihito- Tienes razón, a pesar de que paso tanto aún no hemos ido ahí.
Ryuichi- ¿Qué te parece ir mañana? Oí que el número de almas en la entrada ya se había estabilizado, así que no hay prisa con el trabajo que tienes.
Akihito- Me parece buena idea, entonces mañana tendremos una cita.
Ryuichi- Si.
Al día siguiente como habíamos prometido Hades y yo fuimos a una cita en los campos Eliseos, llegamos en canoa por el rio flegonte.
Al salir una abrumadora sensación me invadió, estaba emocionado como nunca, pero también preocupado. Y Hades pudo verlo claramente
Ryuichi- ¿Sucede algo, mi esposa?
Beso mi mano y dirigió mi mirada a sus ojos dorados sin oportunidad de mentir.
Akihito- Yo... la verdad es que tengo tantas cosas que quiero hacer aquí pero no se si estará bien.
Ryuichi- Akihito tu eres mi esposa, si hay algo que quieres hacer aquí, solo debes hacerlo. Nadie se atreverá a decir nada, tú eres libre de hacer lo que quieras.
Esas palabras cambiaron mi mundo, en ese momento supe lo que quería para este lugar. Sin mirar atrás recorrí los Campos Elíseos creando a mi antojo flores de todos colores, formas y tamaños, sin ningún orden en particular. Solo seguía mis instintos, incluso no me había dado cuenta en que momento empecé a correr, agitando mi corazón.
Era extraño, a pesar de que al principio había venido al inframundo por la fuerza, podía hacer lo que quisiera aquí, nadie me ordenaba y la gente escuchaba lo que tenía que decir. A diferencia de la tierra yo me sentí libre por primera vez y sobretodo feliz.
ESTÁS LEYENDO
Hades y Perséfone [Asami x Akihito]
RomansaRyuichi es un dios poderoso, un rey en el mundo de los muertos: el Hades. No busca acompañante y está bien solo. Akihito también es un dios, pero sin obligaciones ni objetivos en el mundo humano. Dia y noche anhela la libertad de amar y estar con a...