Heroes Of Our Time // Albalia

40: En la intimidad

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Alba P.o.V

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30 de Septiembre, hace 3 días.

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Volví a soltar aire, moviendo con la cuchara y sin ningún sentido las lentejas que había en mi plato. No tenía mucha hambre. No me encontraba bien, y no era de hoy, llevaba desde ayer así. ¿Porqué había pasado eso? ¿No había entrenado lo suficiente? O...

—Alba, deja de darle vueltas...—María llamó mi atención poniendo una de sus manos en mi hombro— Ayer fue un mal día, o habrá sido por movidas de estas de falta de algo en tu cuerpo, alguna vitamina...

—Falta de hierro.

La aportación totalmente seria de Julia me hizo reír. Se habían llevado desde esta mañana intentando levantarme los ánimos. Habían respetado mi espacio y ahora estaban volcadas en hacerme sentir mejor. 

—Tú déjalo en manos de Mamen, que sabe muy bien lo que hace, corazón—Mimi se inclinó sobre la mesa para mirarme más de cerca—Que no vea yo esos ojicos preocupaos.

—Tiene razón, Albi—dijo Natalia, dejándonos a todos sorprendidos. ¿Teniendo trato cordial con Mimi? Jolín—.

—Natalia Lacunza dándome la razón, ¿qué he hecho para merecer tal honor?—se llevó una mano al pecho, y yo esbocé una sonrisa, que se agrandó aún más cuando Natalia empezó a acariciar mi cuello por detrás—.

—Vete a la mierda un ratito, anda.

—¿Me acompañas tú, reina?

—Ya quisieras—puso su voz más altiva, escuchándose entre las risas de las demás—.

Natalia me miró, conecté con sus ojos, y ella guiñó uno de ellos. No entendía muy bien a dónde quería llegar, hasta que de reojo vi a María observarnos con mucha atención. ¿Aquí, ahora? Supongo que era su forma de distraer mis pensamientos, con cualquier tontería lo intentaba.

Asentí, sonriendo de forma tímida. Y rápidamente, como quien no quiere la cosa, me dio un pequeño pico en los labios. Inmediatamente escuchamos a alguien atragantarse.

—¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!—María se levantó alterada de la mesa y nos señaló—¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!

—Mari, joder, el puto tímpano—carcajeó Natalia al tiempo que me acariciaba la mejilla. Yo estaba bastante ocupada intentando no reírme demasiado—. 

—¡VOSOTRAS DOS!—vociferó—. 

—Ya era hora de ver un beso en directo, joé—Marta se puso a aplaudir—. 

—¡CAPULLAS, NO HABÉIS DICHO NADA! 

—La venganza se sirve bien fría, Mari—me burlé un poco, sacando la lengua—. 

—OS ARRASTRO DE LOS PELOS. Me estáis contando todos los detalles ahora mismo. Con lo que he sufrido por vosotras, joder, no merezco... 

—Bienvenida al 2020—dijo Alfonso al tiempo que pasaba por detrás de su asiento y le daba un par de palmadas en la espalda—.

Porque, efectivamente, casi todos lo sabían, y guardaron voto de silencio a nuestro favor. Leer las mentes a partir de ahora no le molaría tanto.