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Natalia P.o.V
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Me retoqué de nuevo el flequillo y un poco los labios. Volví a mirarme en el espejo de cuerpo entero que tenía en mi habitación. Iba bien. Está que te cagas esta combinación, claro que sí, tranquila.
Tenía que ir bien, no era para menos. Era 25 de Diciembre (fum fum fum, sí, Navidad, yuhu qué guay, estoy en éxtasis), fecha que para mí solía pasar como una más. Mi costumbre siempre era mantenerme al margen de las pomposas fiestas de mis padres, hasta el año pasado que lo pasé aquí sola... menos el fin de año. Porque como ya sabéis de sobra, eso de pasar momentos especiales en solitario cambió con la llegada de Alba Reche a mi vida. Y lo mismo estaba sucediendo.
Con ojitos brillantes de ilusión me invitó a pasar la Nochebuena cenando con su familia, la cual no solo iban a ser sus padres, hermana y doña Queen, también estarían su tío y tía. Se había decidido a que cenase con ellos y que también participase en la entrega de regalos después. Yo estaba un poquito hecha un manojo de nervios no me escondo, porque no sabía si mi regalo le iba a gustar. Me había llevado una semana ocupada con él, incluso pidiéndole ayuda a Rafi de vez en cuando... Ese era uno de los regalos, porque el otro que tenía en proyecto, el más especial, aún no se lo podía dar. Aquel regalo tendría que esperar por lo menos hasta el 31 de ese año.
—¡Nat!—dos toques a la puerta y su voz me avisaron de que tenía que terminar ya. Joder, los zapatos los zapatos—Estoy fuera, que ya he acabado. Te espero.
—¡Vale, ya voy!—me puse las bambas más rápido que nunca y cogí la bolsa con el regalo—¡Ya estoy!—me cago en todo, el abrigo que se me olvidaba—.
—Estoy lista antes que tú, ¡no me lo puedo creer!—escuché cómo se burlaba, canturreando—Te he ganaaaadooo te he ganaaaadooooo...
Por fin con el abrigo puesto salí al pasillo, abriendo la puerta de golpe y dispuesta a cortarle el tono graciosillo.
—¡Escúchame tortuguilla rubia! Por una vez que hayas ido un pelín más rápida no quiere decir que-
Tuve que cerrar la boca, más que nada para que no me entrasen moscas. Dejé la frase a medias y boquiabierta la observé. Alba me podía, me podía. No era posible que una persona, preciosa de por sí, pareciese aún más cada día. Y que a cada cosa que se ponía, le quedaba más espectacular que la anterior.
Su risa me despertó del embobamiento.
—¿Todo bien por ahí, Nat? Te has quedado como si vieses a un fantasma.
—O un ángel...—dije tan bajito que seguramente no llegase a escucharlo. Joder, estaba demasiado encoñada de esta mujer. Aclaré mi garganta y me acerqué para besarla— Estás guapísima, Albi.
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Heroes Of Our Time // Albalia
FanfictionLa Academia Oficial de Talentos le da la bienvenida a aquellos jóvenes a los que les han sido otorgados dones especiales, y desean desarrollarlos en su plenitud y hacer de ellos su trabajo. Alba es una de esas personas. Siendo la misma chica vivaz y...