Empecé escribiendo un mensaje larguísimo de las razones por las que Emily debía ver Glee, pero me detuve. Pensé que de ninguna manera lo iba a leer completo y me iba a ignorar, así que mejor lo borré todo.
Pensé en escribirle un simple: Si, es muy buena.
Pero no quiero que piense que no me importa, o que no quiero hablar con ella. Así que lo mejor que se me ocurrió fue mandarle un audio. Un audio corto, simple; pero no tan seco como un mensaje.
Al presionar enviar, supuse que lo iba a ver mucho tiempo después, ya que me había tardado mucho en responderle, pero no. Lo vio casi al instante al que lo envié, en lo que se tardó fue en responder. Tal vez no sabía que decir, o tal vez oyó mi voz y se asustó, o ni siquiera le importaba la maldita serie y sólo lo dijo para tener algún tema de conversación.
—Tienes bonita voz, es muy dulce. :)
Y ahí es cuando morí.