Nunca había dicho tantas cosas sin sentido en tan poco tiempo. ¿Por qué no me cansaré de asustar a Molly? Se me hacía raro que no me hubiera dejado de hablar todavía. Tal vez sólo me tenía lástima y por eso me seguía contestando.
Le había dicho que mañana tenía exámenes y que no había estudiado; no sé por qué le interesaría saber eso, pero se lo dije. Le pude haber dicho miles de cosas más interesantes, pero no. Le terminé hablando de los estúpidos exámenes que seguramente iba a reprobar.
Ahora no me respondía, y con razón. ¿Qué me podía decir? "Pues ponte a estudiar", no había más respuestas. Debí de haberle contado de mi perro. O de mi hermano, o de mi mamá. Pero le hablé de exámenes.
Soy una idiota
— ¡Tienes voz de personaje de Disney! Que tierna.