Regresé a mi casa, y no podía pensar en otra cosa que no fuera Emily, y su risa, su voz y su sonrisa. Había sido la mejor salida que había tenido hasta el momento. Mientras hacía mi rutina de noche, seguía pensando en ella, y seguí haciéndolo hasta que me acosté y le hablé a Camille y Liv. Les narré toda la noche, ellas estuvieron muy atentas e hicieron algunas preguntas que yo estuve encantada de responder.
— ¡Se oye muy linda!
— ¡Quiero conocerla!
Les prometí que la iban a conocer muy pronto, sería genial salir con mis tres personas favoritas, me hizo mucha ilusión.
Emily: ¿Salimos la otra semana?
Claro que si.