Llegué más o menos una hora antes de lo acordado, quería prepararme para no hacer nada raro durante la salida. Estuve repasando mentalmente las cosas que le iba a decir, y además me preparé para los peores escenarios, estaba lista.
Molly me escribió que iba a llegar un poco tarde, me vino bien porque así tenía más tiempo de pensar en como saludarla. Un apretón de manos sería muy formal, y no sé si le gusten los abrazos. Probablemente la salude como todo el mundo lo hace, con un beso en la mejilla. Pero ahora no sabía cómo, de repente se me olvidó como socializar.
Cuando me dijo que ya venía, sentí que se me salía el alma. No estaba lista aún.
Me quedé viendo hacia afuera, a todas las personas, para ver si la reconocía. No la veía, o al menos no sabía distinguirla. Me dispuse a buscar su perfil en Instagram para saber bien como era y no equivocarme.
— Hola, Emily... — Su voz sonaba más tímida en persona y desde luego, sus fotos no la favorecían por completo.
Alcé la mirada y la vi ahí, viéndome. Sonreí más de lo que tenía planeado.