Ya me había resignado. No iba a contestar.
Ya había pasado una semana, así que era obvio que ya no me iba a volver a hablar. Lo había arruinado. Mis amigas decían que estaba exagerando pero no lo creo. Liv dijo que me veía decaída.
Lo único que quería era hablar con Emily, aunque ignorara la pregunta. Solo quería hablar con ella. Se había vuelto muy importante en mi vida, ya no había sentido en negarlo. La quería mucho y ahora ella probablemente me tenía miedo.
— ¿Cuándo puedes?
Y grité.