Thysanura © [editando]

Episodio 20

Zeale suspiró agotado estaba hincado de rodillas, sudor frío bajaba por su frente , su miraba se posicionó en sus manos que estaban temblorosas y manchadas de líquido carmesí después observó al indefenso animal que se coló desde la ventana de la cocina hasta donde el estaba... que desafortunado, cerró los ojos mientras apoyaba una de sus manos en la pared y fue tratándose de ponerse en pie, al hacerlo se fue dirigiendo a la salida, sentía que iba a desmayarse en cualquier momento pues el agotamiento físico y mental le estaba cobrando deudas.

No prestaba la mínima atención a sus manos o a su ropa que se habían manchado de sangre, Zeale al salir de la casa ya más tranquilo, se dispondría a dirigirse a su auto mientras lo hacía su teléfono comenzó a sonar al mirar de quién se trataba contestó la llamada.

—Ey!, que milagro.- contestó sin ánimos.

—¿Ya me depositaste?.- preguntó la mujer al otro lado de la línea.

—Sí ya está y... gracias por tu actuación.

—No es nada.- respondió Margaret.—Hmm, bien solo era para asegurar la paga de la actuación, no se que vayas a hacer con ello pero espero que haya servido y adiós.

La mujer le colgó y el pelinegro soltó una pequeña risita,la casa era de su padre e iban de vacaciones pero al morir, esa casa pasó a nombre de Zeale, a él le atraen tantos recuerdos aquel lugar pero lastimosamente no tuvo la oportunidad de usar antes pero ahora sí.

Margaret Calzada fue una ex-actríz, era una doble y Zeale al saber de ella la contrato para que hiciera el vídeo que se le mostró a Rosé. Congeniaron tan bien que ambos tuvieron varios encuentros sexuales, esto ocurrió después de las grabaciones, pero llamarle a alguien después de tener intimidad no era algo propio de Margaret pero el asegurar su dinero era más valioso que otra cosa.

Zeale había asegurado en una cajonera la laptop donde tenía el vídeo y el pequeño proyector que uso. Apretó los labios mirando a su automóvil sabía que la pelirroja no había consumido nada durante dos semanas y dejarla así, era el mayor error que haría pero no había de otra ella lo saco de sus casillas.

Así que fue acercándose a su automóvil un toyota Supra, abriendo la puerta adentrándose del automóvil, prendió el motor mientras por el parabrisas miraba detrás suyo e ir retrocediendo el auto para comenzar su camino. Lo que él tenía en mente era el pensamiento de ⟨Un día más sin comer no la mataría.⟩

En todos los departamentos de policía seguían buscando a la pelirroja pero no tenían demasiadas pistas las únicas que tenían eran sus pertenencias se encontraron en el parque, la hora en que salió de su departamento y nada más.

La tenían como desaparecida, iniciaron su investigación después de las 24 horas como el protocolo marcaba. Con este día se cumplían 4 semanas de su desaparición.

—Si no tenemos nada después de las siguentes 12 horas el caso se dejará a un lado.- sentencia el jefe de policía.

Todos asienten estando de acuerdo con él, la reunión comienza a disiparse, cada uno por su lado. Erick el típico cliché de cómo ven a un policía en películas o en otro ámbito pues el era gordo, amante de las rosquillas y del cafe él observó como una mujer caminaba hacía la central se miraba pérdida, su cabello afro se meneaba por todos lados aún así soltó un ligero "pff" por la risa que el cabello le ocasionaba. Fingió toser para disimular el sonido que hizo.

La mujer al llegar parece caer pero se pega a la pared y ahí quedó sentada mirando a Erick, ella estaba en muy mal estado tenía ramas en el cabello, marca de alguna herida por su cuerpo, ropa desgarrada pero aún así trataba de ponerse en pie.

Erick al acercarse ayuda a la mujer a levantarse.—Te... encuentras bien?.- preguntó.

—S-si!.- aseguró.

Erick la dejo en una de las sillas que estaban ahí con un pequeño movimiento de mano uno de sus compañeros fue a llamar al principal que estaba a cargo del departamento.

Este el jefe del departamento se acerco a la joven mujer, cuando le habían reportado su aparición y estado él llamó de una vez a una ambulancia.

—¿Cómo te llamas?.- preguntó quitándole alguna de las ramas que estaban sujetas a su cabello.

—Alaska.- respondió con un tono bajo.—Alaska...Chavez

El jefe asintió ante la respuesta de la joven.
—¿Recuerdas que te paso?

Alaska arrugo el entrecejo parecía molesta.—Deberia de estar buscando al responsable de la desaparición de Rosé Cavalcantí y yo tengo esa respuesta.-lo miraba fijamente.

El jefe del departamento achica los ojos sospechando de lo que acaba de decir la mujer, alzó una de sus cejas. El tenía en el lado izquierdo de su camiseta una pequeña placa con su nombre Alexander, se levantó soltando un poco de aire.

—No es por sonar grosero pero en ¿dónde según tu tienes esas repuestas?.

Alaska apesar de su estado tenía su pequeño bolso donde tenía la libreta que le había enseñado al doctor Kozlov. Esta la fue sacando y al hacerlo una fotografía se cayó al suelo haciendo que el Alexander lo recogiera, al ver la foto sus ojos se posicionaron directamente a la afroamericana.

—¿Por qué no lo había reportado antes?.

La mirada que el jefe del departamento le daba la incomodaba pero tenía su total derecho en sospechar de ella—Y-yo no estaba tan segura de que fuera la misma persona e investigue por mi c-cuenta.

Alaska aplicaría lo que el psiquiatra Kozlov le habría aconsejado y eso era el hacerse la idea de que no sabía a quien estaba siguiendo para que cuando llegara el momento atrapen a Zeale pero también corría el riesgo de que el pelinegro sea un psicópata y que su comportamiento es debido a eso.

—Bien.- asintió no tan convencido a lo que la chica decía.—Primero necesitamos que estés bien y después nos dirás todo lo que sabés.