Episodio 3

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Zeale tenía el cabello de color negro algo largo, tez clara haciendo que sus ojos resaltarán más que su propio cabello,se sentó a la orilla de la cama mientras ella miraba el cuadro pasando con delicadeza su dedo sobre la fotografía.

—Nadzeya, ¿por qué tanto desprecio a tu hijo?.- preguntó esperando respuesta, ella levantó la mirada mirándolo confundida como si no supiera de que hablaba.—Sabes perfectamente de que hablo.

—Por su culpa estoy como estoy.- murmuró enojada.—Es un pequeño bastardo.

Se quedó escéptico.—¿Por qué?.-paso saliva levantándose.

Su madre iba a responder la pregunta siendo en ese momento llamaron a la puerta, abrió la puerta observando a una mujer que le comentó en la noche anterior que era enfermera así que se tomo el tiempo necesario para obtener cierta información de ella; ahora entendía los papeles que tenía regados.

—Llegaste a buen tiempo.- agradeció.

Ella venía vestida correspondiente a su profesión en las manos tenía un pequeño botiquín por si ocurría algo, su cabello estaba recogido en un moño.

—No le fallaría a ningún paciente.- le sonrió, pasando su mirada discretamente a su alrededor.—Oh, que descortes soy me llamo Shirley Delgado, un placer ayudarle con su madre espero que mis cuidados sirvan para que mejore.

—El placer es mío y agradezco que tome tiempo para ella.- le extendía la mano, ambos se estrecharon la mano mientras se miraban directamente a los ojos.—Zeale Mitchell, un gusto conocerla señorita.

4 meses antes.

—Dime a que le temes.- interroga acercando directamente la linterna a sus ojos dejándola ciega por unos momentos.

El lugar olía a excremento, en una esquina se localizaba un pequeño colchón con una soga en el suelo. Las paredes eran oscuras en una mesa metálica habían diferentes instrumentos por ejemplo un bisturí.

—¿No hablarás?.- hizo una pausa esperando respuesta.—Bien.

Desató a la mujer que no lograba responder tenía la mirada pérdida, su respiración era débil por como la soga le oprimía el pecho en sus ojos se notaba minúsculas lágrimas que querían salir más sin embargo por la falta de agua no era mucho la esperanza.

—Come.- ordenó acercando una comida rica en vitamina.

La mujer abría la boca aprendió que llevarle la contraria le traería problemas después que término de comer, el anfitrión le dejo un trastero de plástico lleno de agua.

—Lo necesitas.- sonrió agarrando el cabello de la chica para apartarlo de su rostro.

La chica de cabellos oscuros, tez morena clara de ojos de color casi amarillos ya no era la de antes ahora se veía demacrada irreconocible a lo que era antes. Lentamente fue tomando agua, por la debilidad que sufría su cuerpo corría el riesgo de que se le cayera el traste de agua y el se enojara con ella.

Lucy cómo todos la llamaban, la que todos adoraban por ser buena chica se encontraba luchando por respirar ya que no podía hacer más. Lucy vestía con un shorts y un sujetador, en sus manos, pies y torso se marcaban cuanta fuerza fue erguida en sus ataduras.⟩

—¡Ahh! es frustrante todo esto!

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—¡Ahh! es frustrante todo esto!.- gritó enfadada con su trabajó que tenía en el escritorio desordenando su cabello, su cabello sufría la frustración.—Malditos datos, no cuadran.

Resolver un caso donde se le acusaba a una mujer de asesinar a su esposo e incriminar a su amante pero no había pruebas que refutaran la acusación.

—Ahh dios o quién sea que me escuche ayúdeme.- rogó esperando una respuesta después.

Se fue relajando al escuchar el sonido de mensajes al mirarlo noto que su novio le había enviado un mensaje invitándola a tomar un licuado, una cita sencilla eso le agradaba, suspiró buscando entre todos los papeles un cepillo para solucionar el problema de su cabello, fue recogiendo cada uno de los papeles para irlos ordenando en sus respectivos archivos.

—Lorena Gasca.- alcanzó a leer separándolo para después revisarlo, ya siendo que ella fue la testigo ocular o según es lo que la declaración dicta. Después fue a tomar una ducha para estar a gusto consigo misma.

—Este hombre.- rodó los ojos ya que al revisar su móvil vió un mensaje que le decía que tendría un pequeño retraso.

Se acercó a su ropero agarrando ropa interior descente para acompañar su vestido rojo de noche llamativo siguió a  maquillar su rostro un poco y tomando un pequeño saco acogedor que le hacía juego con el vestido.

Ella le envío un mensaje preguntándole cuanto tardaría en llegar pero solo recibió un leído, bufó rodando los ojos odiaba que no le contestará cuando la situacion lo requería se acercó a la mesa donde había dejado el archivo de Lorena empezando a ojearlo leyendo y releyendo cada párrafo para darle alguna pista.

—Al menos que estén comprando a los testigos...- murmuró mordiendo la uña de su pulgar.—Exacto!.

En el oficio de ser abogado nada está seguro, algunos compran a los jurados y gana el que tenga más poder o el que sepa destapar ése ultraje que le llaman justicia.

Rosé, era buena en eso siempre tenía en sus manos una pequeña libreta para ir tomando cosas clavé algunas que formen un hilo dando a la verdad y otras formando varios hilos culpando a su cliente. No era la primera vez que le pasaba, la pequeña Rosé tiene que tener cuidado en su ofició no sabe cuántas personas le gustaría hacerle daño y a otras tenerla demasiado cerca.

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⚜️ ¡Γεια σας! ⚜️

Espero que les guste la historia, es la primera vez que hago un género como este :c ❤️

Espero que les guste la historia, es la primera vez que hago un género como este :c ❤️

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Zeale Mitchell.

Thysanura © [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora