Episodio 11.

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Y sus piernas flaquearon, la visión se le fue tornando borrosa hasta estar en completá obscuridad. Aún inconciente siente que alguien la carga, solo escucha los pasos de aquella persona. En poco tiempo se ha despertado cerca de una cabaña, la cabaña estaba vieja en malos cuidados al parecer pero en donde estaba ella estaba adornado, como si fuera echo para una niña. Escuchó la puerta abrirse y cerro los ojos fingiendo estar aún inconciente.

-Eh, despierta.- le dicen tocándole levemente la mejilla, no la golpeó no nada, a la enfermera se le hizo extraño eso abrió los ojos encontrándose con una pequeña sorpresa. A Zeale.-Mi... madre siempre quiso una niña pero no se le cumplió.

-Qué hago aquí?.- preguntó tranquila ya que no estaba amordazaba, atada, nada.

Zeale la miró de tema como solía hacer cuando le hacían esa misma pregunta y respondía de la misma manera:-Estamos aquí porque el destinó quiso que fuera así...

-Como iba diciendo, no se le cumplió ya que salió un varón, mi padre era el mejor que podría existir pero no todo es un final feliz, o sí?.- la miró como si fuera algún bicho que podría pisotear, Shirley estaba sentada sabía que hacer un movimiento en falso le costaría un moretón en la cara o lesiones más graves.

«En la fecha de mi cumpleaños de octubre el mismo día de halloween, ocurrió algo, un accidente mí madre quedaría postrada en cana y mi padre muerto, ¿cómo ocurrió?, pues pregúntale a él cuando lo veas.- y le sonrió a Shirley.

Shirley sabía que significaba eso.-Zeale, ammm, solo ayude a tu madre que pude haber echo para que estemos en esta situación?.- pasó saliva, aguantando los nervios y las ganas de salir corriendo.

-Te contó.., ¿no es así?

Shirley negó con la cabeza, el pelinegro fruncía las cejas, odiaba que le mintieran cuando sabía ya la verdad.

-Te agradezco por tus cuidados pero tus servicios se acaban el día de hoy, no te tocaré, no te lastimaré solo dormirás y ya.- aseguró de la manera más tranquila.

Shirley se levantó y salió corriendo comenzó a gritar la palabra ayuda por todo lados. Zeale comienza a seguirla cuando está más cerca se abalanza a ella, ambos caen, el pelinegro la sujeta de la cintura arrastrándola la chica era de estatura baja y de complexión algo delgada pero a la vez regordeta cuando sintió que la arrastraba comenzó a patalear intento arañar le la cara. No sé percató en el momento que tenía oliendo un trapo momentos después dejó de luchar.

Sin saberlo Shirley había inhalado la sustancia ricina que le iba a hacer letal en el cuerpo sus células se morirían y eventualmente todo su organismo colapsa hasta morir. Después a ver despertado notó que aún seguía en el lugar habían pasado ocho horas, empezó a toser, sentía presión en el pecho, dificultad para respirar, náuseas y dolor en los músculos.

Zeale sólo era un espectador de lo que ocurría con la rubia, ella salió de la cabaña porque él dejó que lo hiciera, la siguió hasta el lago donde finalmente habrá muerto.

Shirley no despertaría jamás, ahora todos lamentan su perdida y nadie sabe que pasó con ella solo el pelinegro sabe que pasó pero , sí tan sólo pudiera recordarlo. Entre todos los presentes habían un grupo de personas que habían seguido los casos que pasaban en España, el problema es que no había pistas que lo uniera con la rubia, sabían que aquella chica tuvo un final trágico y no lo relacionaban con lo de España. Uno de esos hombres notaron a Rosé y Zeale platicar después observó a la anciana que abrazaba un broche de todos los presentes era la única que no dejaba de llorar.

Rosé se despidió del pelinegro y viceversa, cuando el pelinegro se iba a retirar junto a su madre miró de reojo a los agentes, no tuvo una expresión de sorpresa o algo similar sólo se limitó a avanzar mientras platicaba con su madre. Él le sonrió y la mujer hizo una mueca.

-Bien, ¿qué tenemos de la autopista?.- pregunta el hombre más bajo que los demás y con aires de ser el "mejor". De nombre Miguel.

-Se encontró una intoxicación de alguna sustancia, Miguel.- respondió el pelirrojo.

Miguel pensó en lo que dijo.-Eduardo, alguna vez se vió esto con las chicas de españa?.- preguntó al pelirrojo.

Eduardo no sabía que responder, la tenía difícil.-No.- hizo una pausa.-La mayoría erán encontradas como si fueran esculturas, sin moretones o lesiones pero se notaba la deshidratación, falta de alimentación y.. marcas de que estaban aisladas en algún lugar.

«En este caso.. no se encuentra nada de eso, los forenses determinaron que pudo a ver caído e ingerir anteriormente algo que le causará la muerte.

Ellos hablaban del caso pero el que había visto a Zeale,no estaba muy convencido de que fuera un accidente. Ese mismo año, Rosé Cavalcantí desapareció sin ningún rastro aparentemente, 4 semanas después de la muerte de la señora Nadzeya García Meléndez que sufrió una sobredosis.

Zeale empieza a recitar en su cabeza un par de poemas que aprendió de su madre, al estar observando el techo recostado sobre el suelo.

Tierno saúz
casi oro, casi ámbar,
casi luz...

Devuelve a la desnuda rama,
nocturna mariposa,
las hojas secas de tus alas.

El autor del poema es José Juan Tablada, él sauz y mariposa nocturna.

Thysanura © [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora