Capitulo 11. Primer cambio para una nueva vida.

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-No haces mucho aquí ¿eh?

Axel dio una amplia sonrisa. Puso sus manos sobre sus caderas, mientras se inclinaba más cerca de Sora. El hombre más joven se sentó en un taburete al lado del mostrador, donde acunó sus manos alrededor de su estomago ya bastante hinchado y, al levantar la vista hacia Axel, lanzó un suave puchero. Esos labios salieron hacia afuera, mientras sus ojos azules se estrechaban de una manera infantil, antes de resoplar y chasquear la cabeza hacia un lado con lágrimas no derramadas. Axel se echó hacia atrás y parpadeó en rápida sucesión.

Miró alrededor de la florería; Kairi se paró detrás del mostrador, mientras contaba las ganancias del día y se preparaba para llevarlas al banco, y Roxas se apoyó en la encimera junto a ella con el libro de entregas delante de él. El hombre rubio tomó notas rápidamente y copió varias órdenes de pequeños pedidos en el libro, mientras que Kairi ocasionalmente le hacía una pregunta o decía en voz alta un número aparentemente aleatorio. No había señal de rojo en las páginas. En su nueva ubicación, parecían no tener ningún problema con las finanzas.

Ninguno de los dos le prestó atención a Sora. Axel dio un paso atrás, donde se apoyó contra una exhibición de tarjetas de felicitación, vio que Sora había comenzado a olisquear y frotar sus ojos. Sintió que su corazón comenzaba a acelerarse, mientras miraba hacia las puertas de la oficina y vio a Riku aparecer con los ojos en blanco. Riku se movió directamente hacia Sora y comenzó a amasar los músculos de su espalda, mientras se paraba detrás de él.

-¿Algo que dije?- Preguntó Axel.

Riku sonrió y sacudió la cabeza. Los largos mechones de cabello le caían sobre la cara y cubrían los ojos, mientras que su complexión alta dominaba a Sora y parecía envolverlo, y, si Axel era un omega, ciertamente podía ver el atractivo de alguien hecho de músculos. Había una sombra sobre Riku por las luces brillantes, que eran mucho más brillantes en las nuevas instalaciones, y casi hacían que la noche se sintiera como un día, incluso con los postigos en las ventanas y puertas. Riku miró a Axel y asintió en reconocimiento de él.

-Llega una semana tarde.- dijo Riku.

-El bebé nunca va a salir.-  murmuró Sora.

-El médico dice que nuestro hijo es el más saludable que haya visto. -Riku sonrió y le dio un beso en la cabeza a su prometido.- Sigo bromeando con Sora porque acabamos de salir del doctor, el bebé está bastante cómodo. Sin embargo, está bien, ya que pueden inducir la próxima semana. Tenemos la guardería preparada, así que solo es cuestión de ser paciente. Sé que es difícil para alguien como Sora ...

-¡Hey!-Sora gritó. -Puedo ser paciente cuando quiero. Bueno, esto es nuevo para mí.

Sora resopló de nuevo, mientras se recostaba contra Riku. Dos brazos musculosos lo envolvieron, de modo que le cubrieron la parte superior del pecho como un collar, y Sora, mientras descansaba su cabeza sobre el torso de Riku, extendió la mano para sostener sus antebrazos con un suspiro suave. Axel sonrió; cruzó los brazos y miró entre los dos hombres. Roxas, quien ocasionalmente levantaban la vista con una sonrisa, y la calidez entre ellos se sentía natural. Hubo un sonido suave de música clásica en el sistema estéreo de la tienda, que se sumó a la atmósfera.

-¿Van a estar bien solos con un bebé?- Preguntó Axel.

Miró detrás de Kairi y Roxas. Había una serie de fotografías enmarcadas detrás del mostrador, que se alineaban en la pared en un patrón profesional, y una de las cuales mostraba a su grupo en el nuevo apartamento justo encima de la nueva tienda. El departamento era bastante grande; las tres habitaciones habían acomodado a todos los adultos, hasta que Roxas se mudó y sacrificó su habitación por la guardería, y los tres adultos parecían felices en su nuevo espacio.

La foto decía mucho de sus vidas; Kairi estaba a la izquierda de Sora, con Riku a su derecha, y los tres estaban en medio de un abrazo grupal. Había una pintura de Sora colgada sobre la chimenea, donde ocupaba un lugar privilegiado y el centro de atención, y el violín de Kairi se podía ver justo en la esquina de la habitación casi como una pieza decorativa, mientras los libros de leyes de Riku se alineaban en las paredes. En un cuadro impresionante Axel miró hacia abajo para ver una fotografía justo con Roxas con las cajas de la mudanza en sus manos, le agradaba formar parte de la gran pared familiar.

-Estaremos bien.- dijo Sora- ¡Tenemos a Kairi!

-Kairi tiene que trabajar.-  dijo Kairi con una sonrisa. -No me importa ayudar, pero creo que es el trabajo del tío cuidar a los niños y comprar muchos regalos y cambiar al bebé. ¡Es mi trabajo hornear pasteles para el futuro padre y acunar al bebé para que se duerma e ir por él!

-Creo que sobreestimas las responsabilidades de un tío.-  bromeó Roxas, mientras cerraba los diversos libros y los guardaba. -Sin embargo, Axel y yo estaremos encantados de cuidar niños en cualquier momento y, si ustedes me necesitan para algo, incluso regresaré a casa por unas semanas. No me importa estrellarme en el sofá para ayudar a mi hermano mientras tú y Riku están fuera.

-Además, ¡será una buena práctica para cuando ustedes adopten!

-Eso está lejos.- murmuró Roxas.

Roxas se sonrojó y se alejó del mostrador. Kairi se echó a reír detrás de su mano, cuando terminó de guardar el dinero y lo dejó a un lado de la caja registradora. El formulario para el banco ya estaba lleno, justo debajo de las bolsas de dinero y, cuando las colocó dentro de su bolso, cerró la caja registradora y se preparó para salir para el viaje diario al banco. Axel bostezó y se pasó una mano enguantada por la cara, mientras los dos propietarios se quejaban de un lado a otro con varios trabajos extraños. Sora emitió un largo gemido desde la esquina, mientras fruncía el ceño y preguntaba:

-¿No podrían ustedes concebir naturalmente?

Roxas tropezó sobre sus pies, donde luchó para agarrar el mostrador para mantener el equilibrio. Kairi dio una expresión perpleja y se quedó boquiabierta, con la bolsa colgada del hombro y el abrigo envuelto alrededor de su cuerpo, y Axel, mientras parpadeaba y se rascaba la sien, miró a Sora con una ceja levantada y los labios fruncidos. El hombre más joven se sentó con las manos frotando círculos sobre su estómago, mientras que Riku estaba de pie detrás de él con una sonrisa.

-Sora, solo los omegas pueden hacer eso.- dijo Roxas.

-Sí, pero ¿no eres un omega?



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Pensé que solo tendría 10 capítulos. Pero al final lo dejare con 13 o 14. Prácticamente será el fic mas corto de mi perfil! Pero vale la pena sinceramente. No es necesario que una historia sea tan larga.

Pues eso, Ciao~

 Spring and Sky  [Soriku] OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora