Una relación abusiva no es ningún chiste después de todo. Y puede hacer tanto daño que te puede dejar rota en mil pedazos.
Pero ¿Quien dijo que una siempre puede estar rota?
¿Que pasa si te digo que lo que te lastimo antes no es nada con lo que vend...
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-¿Porque tomamos el subterráneo Minho?- Dije mirando a las pocas personas que viajaban en este.
-Llegaremos al centro más rápido.- Contesto el.
Suspire y me acosté en sus muslos, sintiendo como el se tensó y me miro atentamente.-¿Que haces?
-¿Que parece que hago? Estoy cansada.- Dije y el sonrió mirándome.- Se honesto ¿Por que tomamos el subterráneo? Tenemos el auto...
-Pues hace mucho no lo tomaba y quería saber lo que era tomarlo contigo.
Ambos habíamos estado muy pegados estos días, aun así, desde aquel día en el motel, no hablamos de lo que pasó con nuestra borrachera.
-Vamos levántate, nos bajaremos en la próxima estación.- Dijo moviéndome.
Me senté y mire el suelo, mientras que el tomo mi mano y jalo de mi para bajar en la próxima estación.
Minho también había cambiado en cierto sentido. El Minho frío con el que antes solía estar desapareció para ser reemplazado por uno más feliz y dulce.
¿Que le había picado?
Subimos las escaleras para salir del subterráneo aun con las manos agarradas y tiro de mi hasta el centro comercial.
-¿Que hacemos aquí?-Dije y el sonrió.
-En dos días será tu cumpleaños, ¿Que crees que haremos hoy?-Dijo abriéndome la puerta para que pasara.
-Pues no lo sé, deja de hacer tanto misterio.-Dije y el río, tomando mi mano otra vez.
- Wheein, te compraré un regalo.-Dijo y yo inmediatamente me aleje.
Me frene y lo mire con los ojos entrecerrados.-¿Te sientes bien? ¿Porque estás tan feliz?
-Solo digamos que en estos últimos días me siento diferente.-Dijo con una gran sonrisa.
-¿Tienes fiebre?-Dije acercándome tocando su frente preocupada y este solo tomó mi mano para entrelazarla con la suya.
-Estoy bien Wheein, ahora vamos, y deja de ser tan preguntona.-Dijo tirando de mi.
Debía admitir que este Minho me estaba gustando demasiado aun así, pero no podía entender cual era la razón de su buen humor.
Entramos a varios negocios de ropa, nada convenciéndome del todo.
-Joder, todo me queda tan mal.-Dije frustrada y Minho me miro enojado.
-Mentira, todo te ha quedado bien, solo que tu eres la que no se ha decidido.-Dijo mirándome y luego su mirada se desvió a una heladería.- ¿Quieres un helado?
Una gran sonrisa apareció en mi rostro, si el helado es mi favorito.
-¿Sabes la respuesta a esa pregunta?-Dije con una sonrisa y asintió.
