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-Aquí es

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-Aquí es.-Dije mientras Minho frenaba frente al edificio.-Espérame aquí.-Dije mientras bajaba.

Aun así Minho bajo del auto ignorando mi último comentario.

-Ni pienses que no iré contigo después de ver...-Se quedo callado.-Ya entiendes.

Cruce la calle ignorando lo último que este dijo, teniendo a Minho siguiéndome.

-Kyunso, ¿Lee está aquí?-Dije mirando al portero de turno día.

El miro a Minho quien estaba de brazos cruzados mirando a aquel hombre.

-No señorita.-Dijo el.

-Bien. Necesito que me avises si viene, vine a buscar mis cosas.-Dije y el mismo señor asintió.-Ya sabes llama al teléfono del departamento.-Dije y el asintió repetidamente.

Caminamos al ascensor y subimos a este, esperando a que marcara el número 12.
Minho parecía más serio de lo normal, bueno en realidad, capaz era mi borrachera del día anterior que me hizo verlo como alguien menos serio.

-No veo la hora de sacarme esta ropa.-Dije.

-Hueles a ebriedad, así que créeme no eres la única.-Dijo el con una pequeña risa que luego desapareció.

Minho tenía su mirada neutra clavada hacia adelante, en cambio yo, mi corazón iba a toda velocidad y mis manos temblaban, además de sudar un poco también.

¿No creen que es algo loco entrar a su casa y tener miedo?
¿Miedo de entrar a tu propia casa?
Pues para mi era algo normal de todos los días, pero eso iba a cambiar.

-Veo que no eres de hablar mucho.-Dije y este me observo, me sentí intimidada y baje mi mirada.-Lo siento.

-No debes tenerme miedo.-Dijo el y yo levanté mi mirada a él.

-Yo no...

-Bajas la mirada cada vez que te hablo o evitas mi mirada.-Dijo el y yo me quede callada.

Asentí y baje del elevador apenas sus puertas se abrieron, dirigiéndome a mi departamento.

Saque las llaves debajo de la alfombra y me quede observando la puerta. Solté un leve suspiro.
Mis manos temblaban y lágrimas amenazaban mis ojos, ¿Y si el se encontraba del otro lado?

Aun así una mano agarró la mía y tomó las llaves, rozando estos, y luego note su cuerpo contra el mío, ahora los nervios de mi cuerpo cambiaron su rumbo y se encontraban en mi estómago... que extraño.

-¿Puedo?-Dijo el susurrándome cerca de mi rostro, mirándome a los ojos.

Asentí tristemente y me coloque detrás de él.
Tenía miedo. Pero estando detrás de él me sentía segura.

El rodeo su brazo alrededor para sostenerme detrás de él y cuando la puerta se abrió, no había nadie. Agradecí mentalmente a quien sea que haya hecho que el no estuviera allí.

Rota - Lee Minho (SKZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora