La vida se hizo oscura y por cielos tormentosos su cuerpo arrastró cadenas, sus labios fueron obligados a no probar libertad.
De adolescente , se hizo una mujer intocable, virtuosa y reservada al precio del alma,comprada por un desconocido.
Él ,debi...
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"Es el cielo más tormentoso,pero también el infierno más calmado en los brazos correctos."
Cenk
—Alguien descendió del infierno de una mujer y se siente bien.— Comenta ante la expresión anonadada de la femenina semidesnuda, parece ser una deidad diluida de erotismo.
Las sábanas blancas que acondicionan el dulce calvario de la excitación, han sido testigo de un arduo momento de desenfreno sexual con unas cuántas gotas de sudor y el elixir desprendido de sus labios ante los placeres de Cenk; el ferviente silencio después de escuchar esa frase poco comprensiva aparentemente; la hace acariciar su rostro.
—A veces no te entiendo, guapo.— Sonríe con recelo, arquea una ceja como si tramara algo. - ¿Tengo un infierno?- Se pregunta mordisqueando sus labios.
—¿Qué sabes tú de eso, si eres una mujer corriente?, que se le resbala al mejor postor.—Chistea mientras se acomoda la sabana que arropa su desnudez.
—Desde hace 5 años tengo un solo gran postor, eso me hace especial.—Lo acaricia montando una de sus piernas encima de él.
—No lo eres, ¿pero sabes que me agrada de ti?—Le pregunta apartando su pierna de él; ella gestua con aires de grandeza e intenta besarlo. —No te metes en mis asuntos, no me cuestionas y te rindes ante mis deseos, eso te hace corriente.—Dice acariciando las puntas de sus cabellos.
—¿Sabes que encanta de ti ,mi Cenk?— Interroga con arrogancia y satisfacción a la vez.
—Eres extraño y eso lo adoro,pero estoy tan segura que te hubieras encontrado a otra o te hubieras cogido a esa tonta chiquilla que tienes aquí, pero no guapo... Aquí me sigues teniendo en tu cama.—Contesta molesta acomodándose.
—¿De qué chiquilla me hablas?— Impresionado cuestiona; se aparta de ella quedando sentado.
—No te hagas el tonto, te dije que tarde o temprano lo sabría todo.—Se ríe y lo intenta abrazar,pero este la aparta enfurecido. —Esa chica que compraste a Rafina,¿se te olvida que vengo de allí también?, todas las rameras del negocio me lo contaron y es increíble que últimamente te noto distante, ¿es por ella verdad?— La verdad parece restregar el ego de privacidad.
—Vete.—Suspira profundo, con la mirada perdida.
—No, guapo. Vamos a arreglar nuestros términos y condiciones, ¡no voy a permitir que te encapriches con otra!—Se levanta reclamando y arreglando su provocativa prenda.
