Capítulo 1: Transmigración

4.2K 407 526
                                    

"Aquél príncipe que con tanto esmero había tratado de cambiar el mundo, salvar su reino y ayudar a su gente; terminó cayendo en el oscuro abismo de la maldad y la locura, convirtiéndose en aquella calamidad de la cuál había jurado vengarse.

Solo hacía falta alguien, una alma que lo apoyara, solo necesitaba una persona.

Pero a Xie Lian, ningún orador ni seguidor había alzado la voz para animarlo, para apoyarlo, para darle fuerzas.

Simplemente no existía aquella persona.

Y a pesar de que su cuerpo estaba siempre en un paraíso, su corazón se encontraba desolado en el abismo."

Lágrimas.

Pequeñas pero sinceras lágrimas brotaban de los ojos de Xian Le. Eran las 2 de la madrugada, y acababa de terminar de leer la que había sido su novela favorita hasta ahora, la maldición del oficial celestial había empezado bien, un joven Príncipe Heredero de un reino, que era noble y amable, o al menos eso aparentaba, ya que en el fondo era orgulloso. Él se odiaba a sí mismo por su naturaleza cruel, por lo que trataba de engañarse a sí mismo con frases inspiradoras, y en un punto, Xie Lian realmente trató de cambiar el mundo, de ayudar a su reino. Pero el caos inició en el Desfile de los Dioses.

Ese día, cuando todo parecía ir perfectamente organizado, inesperadamente, un niño de aspecto mugriento y magullado quedó fascinado con la belleza del príncipe, y trató de acercarse más al borde de una torre para observarlo con más detenimiento, pero fué empujado y salió por los aires del festival, mientras Xie lian y su lacayo interpretaban la escena más importante del desfile.
El príncipe quiso ayudar al pequeño en apuros, pero su personalidad cruel salió a flote, y en vez de sentir compasión, sintió asco por aquél niño, y lo feo que se veía ante su perspectiva.

La gente de Xian Le gritaba y animaba el desfile.

Pero todos se quedaron callados al escuchar el crujido que dieron los huesos de aquél pequeño al estrellarse completamente contra el frío suelo.

Sin duda, fué un festival inolvidable.

Xie Lian desarrolló una doble personalidad, en la cuál, su lado bueno se preocupaba por su reino, y el malo solo quería hacer arder el universo. Un día cuando estaba de buenas, venció a una poderosa bestia que lo hizo ascender como un oficial celestial, su fama creció, al haber ascendido aún siendo tan joven, aunque al final en su destino estaba escrita la desgracia; todo empeoró después. Cuando apareció la horrible enfermedad del rostro humano. Xie Lian cayó en desesperación, e intentó de todo para salvar a su reino, aunque a la vez no le disgustaba la idea de ver todo hecho un caos. Él ya no sabía que debía hacer y qué no, qué era lo correcto y qué no.

Un día, desesperado, dejó ver su personalidad y habló sin compasión alguna de lo mucho que le agradaba todo aquél caos. Fué expulsado del cielo. Ya no sabía quién era él ni que quería, y su confusión no paraba de atormentar su cabeza.

Se suicidó.

Pero no terminó ahí.

Su alma siguió viviendo y terminó llegando al Monte TongLu, donde, con su resentimiento e ira, se convirtió en una calamidad, le llamaban el demonio de la mala suerte.
Terminó sucumbiendo ante el blanco sin rostro, llenando el mundo de maldad y desdicha.

Sin duda había empezado como una historia agradable y divertida, como le gustaban a Xian Le, pero, ¿¡Porqué toda la trama se había oscurecido tanto!? ¡Era triste! ¡Más tristeza de la que el puro corazón del muchacho podía soportar!

(Cancelada) El Sistema del Dios de la DesgraciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora