-Valen, decíme qué pasó.
Su mano llegó hasta mi nuca, la cual acarició buscando calmarme para que aflojara, pero no se daba cuenta de que no me estaba relajando ni un poco. Lo único que hizo fue ponerme más nervioso, y más si me volvía a llamar Valen.
-No es importante.
-Lo suficiente como para dejar de hablarme, al parecer. -Mi giré a verlo y lo que vi en sus ojos me caló dentro. Estaba mal, y era por mi culpa.
-Manuel, no me hagás esto, por favor -dije casi como un último respiro.
Él cogió mis manos a pesar de que estas estaban mojadas y me giró hacia él, pero yo era incapaz de mirarlo.
-¿Que no te haga qué?
-Vos sabés.
-No, no sé. Desde hace meses no sé nada de vos, y ni siquiera sé por qué.
-Yo... -Lo estaba consiguiendo, y él lo sabía. Sabía que no podía mentirle.
-Vos... -Negué con la cabeza, intentando evitar responder-. Valen, mírame.
-No puedo. Sabés que no puedo mentirte si te miro a los ojos.
Él me agarró de la mandíbula e hizo girar mi cabeza para mirarlo a los ojos.
-Pues no me mintás.
Intentaba esquivar sus ojos, pero se me hacía imposible, y cada vez que nuestras miradas se encontraban me hacían sentir más culpable. Culpable de no poder decirle lo que siento. Culpable de haberle dejado de hablar por tener miedo de mis emociones.
-Lo voy a arruinar todo. Como siempre.
-Pará, Valen. Vos nunca arruinás nada, ¿no te das cuenta? Cuando vos estás cerca todo va bien. Yo voy bien. -Esto último lo dijo en un susurro, pero estábamos tan cerca que pude escucharlo.
-¿Y por qué siento que es al contrario? -Una lágrima se deslizó por mi cara, hasta que él la limpió.
-No lo sé, pero no es así, con vos siempre me sentía bien. Eras mi mejor amigo.
Una sonrisa irónica salió de mí.
-Ese es el problema, y parece que no te querés dar cuenta.
-¿De qué hablás? -Su mirada reflejaba su confusión.
-Atá cabos, Manuel, que eso siempre se te dio bien.
Manuel se quedó unos minutos sin decir nada, pensando, y yo estaba ahí, de pie, esperando que él se diera cuenta de lo que pasaba para que por fin se fuera. De mi casa y de mi vida.
Supe que se había dado cuenta cuendo sus ojos se abrieron de manera exagerada y no supo qué decir.
-Sabía que lo ibas a logar, pondría las manos en el fuego por vos, Manuel. -Intenté sonreír, pero lo único que sentía era como todo lo que había entre nosotros se iba desvaneciendo.
-Yo... -Se señaló a él para después señalarme a mí.
-No es tan fácil, ¿no?
-Pero... ¿Desde cuándo?
-¿Desde cuándo me gustás? -Él asintió, aunque apartó la vista. Supongo que no es lo mismo suponerlo y que te lo confirmen-. Si tuviera que marcar un momento en el que me di cuenta de que estaba hasta los huesos por vos... La jornada 3, ahí fue cuando lo confirmé.
Manuel se vino abajo; sus hombros, su mirada, su cabeza. Todo descendió, como si estuviera soportando un gran peso que no podía soportar. Que él viera mi declaración así me dolía.
-¿Por qué no me lo dijiste?
-¿En serio lo preguntás? Vos estabas con minas mientras que yo tenía que aguantar que me hablaras de ellas cada vez que tenían algo. ¿En serio lo preguntás.
-Si hubiera sabido que te hacía daño no te hubiera hablado de ellas.
-Sí, pero eso no iba a cambiar lo que vos sentías, y entre tenerte solo como amigo y decirte la verdad con la posibilidad de arruinar todo prefería la primera.
-¿No creés que merecía saberlo?
-No lo sé, Manu, puede que sí, tenía miedo. Tengo miedo.
-¿Por qué? -Me miró extrañado.
-¿Por qué? Manu, te acabo de decir que me gustás, que tuve que separarme de vos 7 meses porque me estaba matando verte con otras minas y ni siquiera poder decirte lo que sentía. Y de todas fromas no sirvió de nada, porque me desmontás en un segundo, porque puedo estar lejos de vos media vida y en un día conseguís anular todos mis esfuerzos. Porque me aterra la idea de que te vayás de acá y no me volvás a hablar nunca.
Después de decir todo eso solté un suspiro. Lo había soltado todo, y si no fuera por el miedo que me daba cómo pudiera terminar esto juraría que nunca me había sentido tan libre.
Él no dijo nada durante unos segundos, pero después se acercó a mi frente y dejó un beso en esta, para después juntar la suya y la mía, y cerrar los ojos.
-No te voy a abandonar, lo prometo.
-No prometás cosas que no sabés si podés cumplir.
-Valen, aunque quisiera no podría alejarme de vos, no después de lo solo que me sentí estos meses.
-¿Entonces?
Por fin abrió los ojos, y solo pude ver duda en ellos.
-No lo sé, tengo que pensar algunas cosas y aclarar otras. Pero no pienso dejarte. Solo... dame mi tiempo.
Dicho esto dejó un beso en mi frente y salió de mi casa.
Nota de la autora
En realidad solo estoy aquí para avisar que si me pinta voy a dejar arriba alguna canción que escuche mientras escribo el capítulo en cuestión, por si quieren escucharla mientras leen, que igual suma puntos. (Tendrías que descargarla o escucharla en Spotify, pero bueno, igual les pinta)
![](https://img.wattpad.com/cover/208110271-288-k807078.jpg)