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Para Seokmin, Heemin y Heeseok eran los bebés más adorables que podían haber en el mundo y no porque fueran precisamente sus hijos.

Seungkwan el hermano menor de Seokmin, Vernon la pareja de Seungkwan, Wonwoo el primo de Seokmin, Mingyu el novio del primo de Seokmin y más familiares estaban fascinados con los mellizos. Incluyendo a Jihoon, el hermano amargado según Jun, de Seokmin. El solo hecho de ver a los bebés balbucear y mover las manitas, causaba extrema ternura a cualquier ser llegando a ser peligroso para el corazón.

Jun igual se sumaba a la extensa lista, situándose en segundo lugar. El primer lugar era el de Seokmin.

—Llegué— anunció Jun entrando por la puerta de su casa. Le pareció extraño no ser recibido por su esposo e hijos y que el lugar se encuentre en silencio. No era la hora de dormir de los pequeños y el auto de Seokmin estaba fuera. Tenían que estar en casa.

Siempre que llegaba por la tarde, Seokmin jugaba con sus bebés de 11 meses en la sala de estar. Escuchó pasos en la segunda planta y después de quitarse los zapatos, subió en dirección a su habitación.

Al entrar en su habitación un emocionado Heeseok corría a toda la velocidad que podía, sintiendo la adrenalina en su pequeño cuerpo al estar huyendo de su padre. Y aunque a Seokmin solo le tomaba alcanzarlo con tres pasos, disminuía su velocidad para dejar que su hijo corriera.

Los mellizos, a pesar de haber nacido prematuros, caminaban a la perfección al igual que balbuceaban algunas palabras que lograban entenderse.

Seokmin estaba asombrado por los avances tan rápidos de sus hijos pero siempre tomaba sus precauciones.

Heemin estaba recostada sobre la extensa cama, observando a su padre y hermano. Era una bebé muy tranquila aunque también habían momentos en los que se volvía hiperactiva como su hermano.

—¡Paju!— Heemin exclamó, sentándose lo más rápido y posible que pudo en la cama cuando fijo su vista en Jun. Aplaudía mientras se reía, emocionada por ver a su papá.

—Hola bebé— Jun se acercó a la cama en donde estaba su pequeña que había estirado los brazos para que su padre lo cargue.

Con su hija en brazos se volteó hacia Seokmin que se había metido al baño de su habitación persiguiendo a Heeseok.

—¡No!— un grito se dejó escuchar desde el baño y luego un llanto.

Seokmin salió de dicho lugar con su bebé en brazos y su celular mojado.

—Volvió a tirar mi celular al inodoro— Heeseok quien seguía llorando, estiró sus brazos hacía Jun dando a entender que no quería estar con Seokmin—. Es la tercera vez que lo hace en la semana, no puedo seguir gastando dinero en celulares.

—Tu lo dijiste amor, están en esa etapa en la que comienzan a ser curiosos con todos los objetos— le recordó las palabras que le había dicho una semana atrás cuando Heeseok mordió rompiendo a su vez documentos importantes de su trabajo.

Jun con su brazo izquierdo tomó a Heeseok quien calmó su llanto pero al momento de querer pasar a Heemin con Seokmin, la pequeña se negó y se aferró al cuello de Jun. Acto que solo dejo triste a Seokmin.

—¿Porqué ninguno quiere estar conmigo?— se hizo al ofendido—. Aquí la víctima soy yo.

—Yo si quiero estar contigo, amor— animó a su esposo—. No me diste mi beso— reclamó estirando sus labios.

Con dificultad, Seokmin juntó sus labios con los de Jun en un pequeño beso.

Los pequeños presentes, al ver a sus padres, estiraron sus labios a Seokmin, quien enternecido les dejó un beso de igual manera a sus hijos.

Porque los bebés amaban los besitos de sus padres, y los padres de los mismos amaban dar cariños a sus hijos.

━Hijos♡SeokHuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora