17.

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Las mudanzas no eran de las cosas favoritas de Jun. No le resultaba fácil reubicarse en un nuevo lugar, mucho más grande que el anterior, con 2 niños de 7 años recién cumplidos, y los calurosos días de Julio.

Tardó casi 3 días en acomodar todas sus pertenencias en cajas para que sean trasladadas y otros 3 días en reacomodar todo en su nueva residencia.

El primer día se enfocó en tener las habitaciones de sus hijos listas. Le dejó el trabajo más pesado a Seokmin el cual era armar muebles nuevos y luego el se encargó de ordenar lo que sus hijos solían ocupar.

Prosiguió con el segundo día en ordenar la sala de estar, el comedor, la cocina y el patio trasero, los cuales no fueron tan difíciles porque sus pequeños hijos le ayudaron.

El tercer día ya no tenía mucho por terminar de ordenar, le faltaban 4 baños y su habitación.

—Heeseok, deberías dejar la televisión ya— ordenó al menor que estaba completamente hipnotizado por la gran pantalla. Fue ignorado por su hijo, así que sin tomar gran importancia fue hacía el segundo piso en búsqueda de su esposo.

—Linda, ¿has visto a tu padre?— Jun ingresó en la habitación de su hija con la vista en unos papeles.

Cuando alzó la mirada para ver a su hija, frente a la misma, Seokmin estaba sentado sobre una pequeña silla.

—Si papi, aquí está— sonrió sirviéndole más té a Seokmin—. ¿Quieres venir a tomar el té con nosotros, papi?

—Oh nena, me encantaría pero no puedo tengo que terminar de ordenar, ¿podrías prestarme un momento a tu padre?

La pequeña asintió con su característica alegre sonrisa—. Tú ve, papi. No me comeré las galletas.

—Por eso eres mi favorita— anunció antes de salir.

—Seokmin, ¿qué se supone te dije que hagas?— le preguntó con los brazos cruzados cuando llegaron al final del pasillo, al pie de las escaleras.

—Que moviera los muebles de la sala— repitió las ordenes que le dio su esposo una hora atrás.

—Y, ¿porqué siguen estando en la misma posición?

Seokmin no respondió. La respuesta era obvia que si le decía a Jun que seguían estando en la misma posición porque no se movieron recibiría un golpe no muy suave.

Jun suspiró cansado—. Si tanto querías mudarte, deberías ayudarme.

—Y lo hice en gran parte— afirmó—. Amor, estaba a punto de mover el mueble pero Heemin me llamó para jugar y no pude decirle que no a mi bebé.

—Pudiste haberle dicho que jugarías con ella a las princesas más tarde— comentó irritado.

—Lo iba a hacer pero cuando me di cuenta, Minnie ya estaba pintandome las uñas y ya no había manera de negarme. Eso hizo que me quedara con ella un momento, además dijo que el rosa se me ve bien— explicó la manera en la que fue persuadido alzando sus manos, mostrando sus uñas, recién y mal, pintadas.

—Tu hija te mintió, el rosado se te ve fatal— dijo sincero ganándose una mirada indignada de Seokmin—. Ahora mueve ese mueble por favor, que si no fuera porque estoy embarazado lo movería yo, no quiero más desgracias.

—¿Embarazado?— SeokMin detuvo sus pasos hacia la planta baja para acercarse veloz a Jun tomándolo por los hombros—. ¿Si funcionó?

Jun cerró sus ojos, maldiciendo por ser un bocón, quería darle la sorpresa más tarde a su esposo. Abrió los ojos cuando le movieron los hombros, sintiendo el desespero de Seokmin.

No podía mentirle, ni ocultar su pequeño bulto de casi 2 meses. De alguna manera su segundo embarazo no debería ser sorprendente, es algo de lo que ya sabían y esperaban.

—Sí Seokmin, estoy embarazado— declaró causándole alegría a Seokmin—. Pero no tienes porque asombrarte, era algo planeado.

—Bien dicen que aunque sea planeado no sale como tal y siempre llega cuando menos lo esperas, y sólo quería confirmar acerca de nuestro nuevo bebé.

—Cómo sea— restó importancia bajando los escalones—. Apurate, Seokmin.

—Soy el hombre más feliz gracias a ti, amor— alcanzó a Jun, abrazandolo y dándole un apasionado beso.

Pero también agradecía a Heemin por querer un hermanito.

━Hijos♡SeokHuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora