Capitulo 11

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Tras desayunar vuelvo a la cama de Gabriel y me tumbo encima de las mantas con un libro en la mano. Mi entrenador ha visto oportuno que siga estudiando aunque tenga que estar en la cama.

Gabriel entra en la habitación y se sienta a mi lado con un taco de papeles en la mano. Rápidamente se pone a trabajar sin prestarme atención.

El capítulo que estoy leyendo habla sobre las distintas formas de ataque por presa en manada y rápidamente se vuelve tedioso.

—¿Qué estás haciendo?— pregunto asomándome sobre su hombro, a una distancia prudente.

—Trabajo.— su voz suena cansada, pero su olor me dice que está calmado— ser tu entrenador me está quitando tiempo de mis deberes como Capitán.

Las hojas esparcidas sobre la cama son fichas de hombres y mujeres. Todas ellas encabezadas con una foto y su estatus de estrato.

—Estos, —dice señalando a la pila de fichas a su derecha— son los miembros de mi escuadrón, y estos — añade gesticulando hacia los papeles esparcidos— son candidatos. Me han ordenado reclutar sangre nueva...

Parece que está hablando más para si mismo que para mi.

—¿Que es lo que hace tu escuadrón?

—Sobre todo patrulla de perímetro. Pero siempre hay algún Rogue del que hay que ocuparse

Gabriel sigue tomando notas en su libreta. Y yo observo las fichas durante unos segundos. Todos son alfas o betas.

—No hay Omegas.

Intento no sentirme ofendida por el hecho de que se excluya a una facción entera de la población. Mi facción.

—Los Omegas no son... sois muy aptos para este trabajo— debe oler mi indignación, porque suspira e intenta arreglarlo.— simplemente los Omegas no suelen quedarse en puestos de milicia tras su servicio obligatorio. Tenéis otras prioridades.

—¿Como qué? ¿tener cachorros y cuidar de la casa?— no le dejo contestar— Yo soy tan capaz como el resto de la manada de protegernos.

Gabriel me mira con el ceño fruncido.

—Un Omega en un escuadrón distraería al resto del equipo. No es una norma, pero si una directriz no escrita.— al ver mi cara de desdén, continua— si un Omega está en peligro, el resto del equipo, o al menos los alfas, saltarían a defenderle.

Me siento sobre las rodillas, intentando hacerme más grande.

—Así que yo tengo que aprender a controlar mis instintos, ¿pero vosotros podéis comportaron como animales salvajes?

Gabriel suspira, claramente frustrado y se deja caer sobre la cama.

—Déjalo, ¿quieres?. Y ponte a leer el libro, que no estás de vacaciones.

Yo me giro hacia el otro lado, volviendo a mi lectura pero sin poder concentrarme.

—Es una gilipollez...- refunfuño.

Noto como se tensa a mi espalda pero no dice nada y extrañamente su olor no cambia, así que me callo y no tiento más a la suerte.

.

Después de cenar estoy terminándome el libro, y Gabriel se acerca a la cama.

—Mañana empezamos otra vez con la rutina normal, así que despiértate pronto, no quiero tener que estar detrás tuya todas las mañanas—y tras decir esto se dirige a la puerta.

—¿A donde vas?

Gabriel me mira de arriba a abajo.

—Al sofá...

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2019 ⏰

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