DARK KISSES ━ CHANGLIX

¡ diez !

Felix se despertó sintiendo un punzante dolor en toda su cabeza, como si le estuviesen clavando miles de agujas allí al mismo tiempo. Lentamente se sentó en su cama y notó que no solo su cabeza dolía, sino también su estómago. Como cada vez que tomaba demasiado, maldecía haberlo hecho y se prometía que no volvería a tomar tanto nunca más —aunque siempre rompía esa promesa—. 

Quiso ver la hora en su celular pero este se encontraba en el piso y sin batería, así que decidió que ducharse sería lo mejor que podía hacer en esa situación. Cuando el agua fría golpeó su cuerpo extremadamente caliente por la cantidad de alcohol que aún había en su torrente sanguíneo, sintió que le caían las fichas de muchas cosas, pero principalmente de Bin. Se había emborrachado porque extrañaba al bonito Bin y el chico no había ido, pero luego apareció y él estaba en unos de sus peores estados. Seguro cometió miles de equivocaciones y se metió a sí mismo en situaciones extremadamente vergonzosas. 

Después de un rato se dirigió a la cocina, donde se encontró con Jisung cocinando.

—Justo iba a ir a despertarte para que comas algo —le informó con ternura.

—Oh, ¿qué hora es?

—Las siete —al ver la expresión relajada de su medio hermano, continuó hablando—.  Siete de la tarde. 

Los ojos de Felix se abrieron enormemente y su semblante cansado se transformó en uno de sorpresa.

—¿De verdad? Oh, God. No puedo creerlo, no tenía que dormir tanto. O sea, tenía miles de cosas que hacer hoy. 

—¿Ah si? —preguntó aún sabiendo la respuesta. Colocó un plato de fideos y verduras sobre la mesa y le indicó a Felix sentarse.

—¡Sí! —frenó lo que iba a decir para degustar la comida. Todos en la familia sabían que el tierno y curioso Jisung cocinaba extremadamente bien— Como te decía, sí, tenía muchas cosas que hacer. Todas en relación con Bin.

Jisung rió.

—Ese Bin se metió en vos como un virus. Intenso.

—Muy intenso. Igual es raro —explicó Felix observando como Jisung se sentaba en la silla frente a él—. Porque no sé mucho de él, pero sin embargo siento que es importante. Es como que... Cómo si él fuese la persona que estuve esperando, ¿viste? Algo me dice que él vale la pena. 

—Woah... Cuando sea grande quiero casarme con alguien como vos —comentó finalmente el menor.

—¿Y Minho?

—Minho es Minho. Es lindo, tierno y toda la cosa, pero me cuesta estar seguro de que soy el único. Es como vos decís, algo me dice que no me confíe del todo. No quiero que me rompan el corazón.

—Si Minho te rompe el corazón, con Chris le rompemos la cara, solcito.

Jisung rió débilmente y Felix se sintió un tanto en paz luego de haber dejado salir sus sentimientos. Se sintió bien hasta que notó el labio inferior de su hermanito temblar.

—Hey, hey, hey, ¿qué pasa?

Se levantó de su lugar y se acercó hasta él para abrazarlo dulcemente.

—No quiero enamorarme de él, Lixie... Pero no sé, siento que estar con Minho es como vivir constantemente en una montaña de emociones que por ahora sólo sube, y sé que en cualquier momento va a bajar y voy a pasarla muy mal. Pero es Minho, quiero darle todo de mí.

Felix sonrió para sí.

—Si vos sentís que vale la pena, que él merece que vos dejes todo en él, entonces hacelo, porque aunque tu lado lógico te diga que es una mala idea, el corazón quiere lo que quiere.

Así como Felix le dijo esas palabras a Jisung, también se las grabó en su propia cabeza.