Después de presenciar la muerte de mis padres, mi tía Genevieve me llevó a vivir con ella a L.A.
Tres años después, regresé a Vancouver, dispuesta a enfrentar todo, pero lo que no sabía era que las cosas iban a tornarse más tensas....
● Esta histori...
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Entramos al refugio, Finn iba en total silencio detrás de mi, me acerqué a la recepción y hablé con la chica detrás del escritorio.
-Hola, venimos a adoptar un perrito.-ella nos miró, sonrió, asintió y se levanto.
-Siganme por favor, abrió una puerta y salimos por un laaargo pasillo hasta otra puerta más grande, cuando abrió, muchos ladridos se escucharon.
-Pasen, conozcan un poco a los perritos y cuando tengan uno, lo sacan de su jaula con cuidado y vienen conmigo para arreglar el papeleo.-asentimos y comenzamos a acercarnos a ellos, estaba mirando un pequeño cachorro cuando Finn me habló.
-Mallory -tomó mi hombro, rodé los ojos y seguí mirando al perrito- ¿estás molesta? Sé que fué un poco..-lo interrumpí, giré a verlo con los brazos cruzados, él me miró con ojos de cachorro regañado.
-No, no estoy molesta -él sonrió esperanzado- ¡estoy que me cago en todo! ¿por qué la abrazabas de esa manera? ¿Y ella quien se cree para abrazarte así? ¡Y tu bien dejado! -me tomó de las manos, trataba de zafar su agarre pero no podía, él era fuerte.
-¿Estás celosa? -me miró fijamente con un atisbo de sonrisa, yo miré hacia otro lado, me solté.
-Callate y ven, ayúdame a elegir un cachorrito -seguí caminando mientras miraba a los cachorritos que se emocionaban por nuestra llegada, él me seguía por detrás totalmente contento, no pude evitar sonreír. Caminamos y observamos a todos los perritos que estaban ahí, estuvimos un rato jugando con cada uno de ellos, hasta que llegamos al último perrito, un gran golden que se levantó y se acercó a la reja.
-Hola amigo -me agaché, y lo acaricié, él al principio se alejó un poco cuando levanté mi mano- tranquilo, ven, no te haré daño.-traté de que se ganara mi confianza hasta que logré que se acercara a mi y a Finn, lo acariciamos un poco y él, después de un rato, se dejó.
-Oh -la chica de la recepción llegó- es sorprendente.-nos miró con los ojos bastante abiertos, yo la miré y fruncí el ceño.
-¿Qué cosa?-pregunté, acariciando al perrito.
-Este amiguito no se acerca a nadie y no deja que nadie lo acaricie, incluso cuando lo rescatamos no se dejaba -sonrió un poco mientras miraba al perrito- lo rescatamos de un lugar clandestino dónde hacían peleas de perros, pero cómo él no es agresivo ni nada de eso, a su dueño no le sirvió y lo encerró en una bodega durante varios meses, es un perro con un gran coraje, aún no sabemos cómo sobrevivió a tanto, es un perrito bastante sano y timido, es amigable. -miré al perrito y una lágrima corrió por mi mejilla.
-Finn -me miró- él...-Finn sonrió y asintió, se levantó y le habló a la chica.
-Lo queremos a él.-la chica sonrió y abrió la reja, el perrito se asustó un poco pero después de unos minutos entendió que debía salir, y cuándo lo hizo le pusimos un collar no tan apretado y una correa.
Fuimos hasta la recepción y comenzamos a arreglar un papeleo, Finn firmó cómo dueño del perrito.
-¿Cómo se llamará?-giró a verme, lo pensé un poco, no había pensado mucho en su nombre, lo miré un poco y sonreí.
-¡Milo!-el perrito movió su cola contento, sonreímos.
-Al parecer le gusta.-Dijo Finn y firmó los últimos papeles.
-Esperen un momento.-la chica entró a un cuarto, y después de un largo rato salió y nos entregó una placa con el nombre "Milo" grabado en él, se la coloqué a Milo en el collar, también nos dieron un plato de comida, una bolsa de comida y un pañuelo color azul que le coloqué a Milo en el cuello.
Caminamos hasta mi casa con Milo, llegamos y entramos junto a Milo a la casa.
-¡Wow, un perrito!-Lana corrió hasta Milo y se acercó lentamente, Milo movió la cola contento y la pequeña le dió un abrazo felizmente- ¿cómo se llama?
-Milo -respondió Finn- ¿quieres jugar con él? -Lana asintió y Finn llevó a Milo al patio trasero, para después soltarlo y que Lana jugara con él.
-¡Un perrito!-Wyatt dió un gritito de emoción cuando vió a Milo y corrió tras él, Finn y yo reímos.
-¡Que bonito es!-dijo Becca cuando vió a Milo.
-Y es de Mallory -lo miré con los ojos abiertos cómo platos de la emoción.
-¿De verdad?-grité, Finn sonrió, y asintió, dandome la correa de Milo.
-Obvio vendré a verlo, es cómo si fueramos padres separados -miró a Milo- Milo es el hijo en común. -reímos, le di un pequeño golpe en el hombro y lo abracé, él me sostuvo de la cintura, su aroma inundó mis fosas nasales y sonreí, no podía creer que Finn fuera tan bueno y genial.
Es la mejor persona que he conocido, y me hace tan feliz estar enamorada de alguien cómo él.