Después de presenciar la muerte de mis padres, mi tía Genevieve me llevó a vivir con ella a L.A.
Tres años después, regresé a Vancouver, dispuesta a enfrentar todo, pero lo que no sabía era que las cosas iban a tornarse más tensas....
● Esta histori...
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Esa misma noche, estaba preparandome para dormir, había terminado de ducharme, y estaba lavando mis dientes cuando de pronto alguien toco a mi ventana, me enjuagué la boca y corrí hacia allá, cuando abrí la cortina di un salto al ver a Finn del otro lado de mi ventana, reí un poco y abrí la ventana para dejar que pasara a mi habitación.
-
¿Qué haces aquí tonto? ¡Pudiste haberte caído de la ventana, es peligroso! -me interrumpió con un beso, él tomó mi rostro, pero este fue un beso mucho más apasionado y necesitado que los otros, sonreí pero nos separamos por la falta de aire que surgió entre nosotros.- ¿y eso por qué? -pregunté totalmente en shock, él sólo sonrió.
-Lo siento Mallory, es sólo que ya no aguantaba, pero ya me voy si es lo que quieres -comenzó a deslizarse por la ventana.
No quería que se fuera, esta noche no.
Y simplemente lo tomé la mano, y lo detuve, él me miró confundido, y negué con la cabeza cómo señal de que no quería que se fuera, él saltó de la ventana hacia mi cuarto, y cuando estuvo totalmente de pie me coloqué de puntitas, lo tomé del cuello y lo besé, él me siguió aquel beso, me tomó de la cintura y me acercó a él.
Después de un rato me tomó de los muslos y me cargo, enredé mis piernas alrededor de su pequeña cintura, él tomó camino hacia la cama y me recostó en ella, metió las manos debajo de mi camisón, me miró.
-¿Puedo?-asentí nerviosa, él tomó el camisón y lo deslizó por mi cuerpo hasta que estuvo totalmente fuera de mi cuerpo, dejandome solamente en ropa interior, me sonrojé.
-Eres hermosa, Mall.-besó mi cuello y con sus enormes manos bajó mi ropa interior, desabrochó el sostén, acarició mis senos con las yemas de sus dedos, dejando largas y leves caricias, mi piel se erizó al sentir sus manos frías, solté un gemido, él sonrió.
Besaba mis senos con delicadeza, y su lengua jugaba con mis pezones, yo sólo trataba de cubrir mi boca con ambas manos para evitar soltar más gemidos que pudieran despertar a Becca, me alegré de que Lana no estuviera en estos momentos debido a que se quedó en una pijamada con las primitas de Sophia.
Después de un rato, regresó a mis labios, y sus manos bajaron hasta mi zona intima, dónde comenzó a jugar con mi pequeño botón, lo cuál hizo que enterrara un poco mis uñas en su espalda, él hizo un gesto de dolor, pero siguió.
Se quitó la chaqueta y yo ayudé a quitar su camisa, un torso blanco y delgado se posicionó frente a mi, él no era fornido y musculoso cómo los otros chicos.
Y eso era lo que más me encantaba de él.
Entre besos, bajé mis manos hasta el cinturón de su pantalón, logré desabrocharlo y sacarlo de ahí para luego tirarlo al suelo, él sonrió. Después, desabroché aquel botón y bajé el cierre de forma demasiado lenta.
-Oh Mallory -dijo entre gemidos, dió una pequeña sonrisa la cual mostró todos sus dientes- me estás volviendo loco.-di una risa algo bajita.
-Y tu a mi.-volví a besarlo y bajé todo el cierre, metí mis manos entre el boxer, el pantalón y su cadera y logré bajarlos un poco, con mis piernas ayudé a bajarlos hasta que logré que se los quitara, junto con sus tenis.
Sonreí cuando sentí sus piernas rozar contra las mías, por fin estábamos desnudos, chocando piel con piel de forma tierna, el calor de ambos era suficiente, sus manos viajaron por mis piernas, haciendo suaves caricias de arriba hacia abajo, hasta que se detuvo entre ellas, me separé un poco.
-Te..tengo miedo.-dije un poco nerviosa, tenía miedo porque era mi primera vez, porque no sabía si me dolería, o si esto iba a cambiar algo.
Tenía miedo porque no quería que esto terminara jamás.
-¿Quieres que pare?-Finn preguntó muy cerca de mis labios. Quería muchas cosas, pero ninguna de ellas era que esto parara, quería hacerlo.
Estaba segura de que quería que fuera con Finn.
-No -negué- hay que hacerlo, estoy segura.-y volví a besarlo, con cuidado introdujo un dedo, luego dos...
Y luego, se colocó entre mis piernas y nos unió, no pude evitar soltar un pequeño grito que él se encargó de ahogar con sus labios.
Nos hicimos uno, entre besos y caricias de amor y deseo, sus movimientos fueron suaves al principio, pero después fueron comenzando a volverse un poco más acelerados.
Podía sentir su corazón latir al compas del mío, Finn soltaba pequeños gemidos y gruñidos en mi oido, lo cuál hacía que mi corazón latiera aún más rápido, si es que eso era posible.
Juro que no había sensación más agradable que esta, me sentía feliz, y más feliz porque estaba compartiendo este momento con el que estoy segura que es el amor de mi vida.
-Te amo Mallory.-Finn gimió, sólo pude mirarlo a los ojos y sonreír, besé sus labios y respondí.
-Te amo más Finn.-y fue en ese justo momento que ahogamos un grito.
Habíamos llegado al climax del momento, sus movimientos se hicieron más lentos y se recostó un momento en mi pecho, nuestras respiraciones eran agitadas y el ritmo de nuestro corazón estaba a mil por hora, sonreí y acaricié sus sudorosos rulos.
-En verdad te amo demasiado.-dije mientras el me miro, dejó un beso en mi vientre y sonrió.
-Te amo más de lo que tu me amas a mi.-reímos un poco.
No pude evitar sentirme incompleta cuando Finn salió de mi, era un sentimiento raro, me sentí vacía. Se recosto a mi lado, no pude evitar abrazarlo, y recosté mi cabeza en su pecho pálido, di un pequeño beso mientras el acariciaba mi cabello, sin poder evitarlo mis ojos comenzaron a cerrarse, y los de Finn igual.
Dormí con una sonrisa en mi rostro.
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A la mañana siguiente desperté porque alguien estaba acariciando mi cadera, lo cuál me hizo soltar unas pequeñas risitas, abrí los ojos y me encontré con Finn sonriendome, sus rulos estaban un poco despeinados y tenía unas ojeras apenas visibles.
-Hola -besé sus labios, él sonrió.
-Hola Mallory -acarició mi cabello- ¿dormiste bien? -asentí.
-Perfectamente -lo abracé- bajemos a desayunar.-el rió y asintió, nos vestimos no sin antes darnos una ducha algo divertida.
Sin preguntas, por favor.
Bajamos recién bañados y vestidos a la cocina, dónde Wyatt y Becca estaban haciendo el desayuno, Finn y yo nos miramos, y tosimos. Nos sentamos en la mesa con un silencio algo incómodo.
-¿Estuvo divertida la noche, no?- dijo Becca, quien miraba complice a Wyatt, quien ahogo una carcajada.
-No hicimos nada.-Finn trato de disimular mientras mordía el pan tostado.
-¡Por favor! -Wyatt exclamó- se escuchó hasta el cuarto de Becca.
-¿Y qué hacías tu, en el cuarto de Becca a esa hora?-Wyatt escupió el jugo en su vaso y Becca comenzó a toser.
