Después de presenciar la muerte de mis padres, mi tía Genevieve me llevó a vivir con ella a L.A.
Tres años después, regresé a Vancouver, dispuesta a enfrentar todo, pero lo que no sabía era que las cosas iban a tornarse más tensas....
● Esta histori...
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-Amigaaaa.-gritaban desde el otro lado de la puerta de mi habitación, me levanté totalmente irritada, miré mi celular.
11:00 am.
Mierda.
-¿Qué no saben que yo no nací para levantarme temprano?-a regañadientes abrí la puerta, Millie, Sadie, Sophia y Becca entraron por la puerta, volví a recostarme en la cama y me cubrí con las sabanas hasta la cabeza
-¡Levantate!-Sadie me golpeó con mi almohada- ¡Ya levantate! -gritaban, golpeandome una y otra vez.
-¿QUÉ MIERDA QUIEREN?-grité, quitandome las cobijas del rostro.
-Hoy es día de chicas, vámonos.-Millie rió emocionada, yo rodeé los ojos.
-Tengo más sueño que ganas de vivir.-suspiré agotada, ayer había sido una larga noche en el trabajo.
-Anda, hasta podríamos ir por uno de esos helados que tanto amas.-me levanté de golpe.
-Vamos.-entré al baño rápidamente.
Escuché las risas de las chicas desde afuera.
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Entramos al centro comercial tomadas de las manos con Lana en medio, hoy era viernes por la mañana, así que no había mucha gente en la plaza, más para nosotras.
Entramos a diferentes tiendas de ropa, había dicho que yo sólo venía por mi helado y salí con una o dos bolsas de cada tienda a la que entré, no es porque sea superficial o algo así pero la ropa realmente me gustaba, es un gusto culposo. Hasta que pase por una tienda de discos, entré y exploré un poco entre cada disco que había ahí, busqué entre los discos y encontré uno que me hizo acordarme de Finn.
"Salad Days" de Mac DeMarco, Finn me había dicho que era el único que le faltaba para completar la colección de discos que tenía en su habitación. Sin pensarlo mucho corrí hasta la caja y pagué por él, iba a darselo en nuestro aniversario de un dos meses que sería en una semana más, estaba ansiosa porque esa fecha llegara.
Dos meses, de los tantos años que nos faltaban juntos.
Porque realmente creo que Finn es la persona con la que quiero estar toda mi vida.
-Tengo hambre.-dijo Lana mientras se sobaba el estómago, estábamos sentadas en una banca del centro comercial totalmente exhaustas por caminar horas y horas de tienda en tienda buscando prendas nuevas.
-Yo también.-Becca hizo el mismo gesto que Lana, sonreí.
-Vamos a Subway chicas.-dije y todas soltaron un gritito de alegría, caminamos juntas hasta el local de subway y comimos ahí, era divertido pasar tiempo con las chicas, noté que me hacía falta estar con ellas.
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Cuando terminamos de comer, decidimos regresar a casa, exhaustas de tanto caminar, y todavía teniamos que caminar aún más para llegar a casa, ya que el centro comercial estaba a 20 minutos de nuestras casas, y el último autobus se había ido hace 15 minutos.
Estábamos caminando en la calle mientras reíamos por nuestros chistes, entre risas y empujones el cansancio se iba disipando.
Cruzabamos la calle, iba hasta atrás con Becca, quien me contaba que Wyatt por fin le había pedido ser su novia.
-¿Qué no ya lo eran?-dije riendo.
-No oficialmente, pero ahora si.-reímos.
-¡Cuidado chicas!-gritó Sophia asustada.
Y todo en mi cabeza se volvió a repetir, pero esta vez yo fui lo bastante rápida para empujar a Becca quien cayó al otro lado de la acera. El carro alcanzó a frenar pero no lo suficiente, tanto que sentí un gran empujón, el dolor invadió mis piernas y caí en la acera.
Me desmayé en ese momento, y me golpeé en la cabeza.
Por mi mente pasó de nuevo el accidente de mi familia.
Y por fin pude ver la cara del conductor del auto.
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Desperté por una luz blanca en mi rostro, me encontraba en una cama y me levante de golpe, mi cabeza comenzó a doler.
-Tranquila, no, recuestate -Becca corrió y ayudó a recostarme- ¿cómo te sientes? -me di cuenta que mi pierna estaba con un yeso que picaba totalmente, mi cuerpo y cabeza dolían, tenía hambre y mucha sed.
-Estoy....-entonces recordé mi visión justo antes de desmayarme- Becca...-dije con mis ojos a punto de humedecerse.
-¿Qué pasa?-dijo mientras me miraba con total ternura, acarició mi cabeza con cuidado, tomé su mano mientras mi corazón se estrujaba totalmente, no quería creer lo que había visto, quería creer que mis recuerdos estaban equivocados.
-Recordé el accidente de mis padres.-dije con un nudo en la garganta que me ardía, traté de toser un poco pero hasta eso me dolía hacer, no sé que dolía más, si la cabeza o mi corazón.
-Es normal, fué un acontecimiento parecido, gracias por sal...-la interrumpí, tenía lágrimas secas en las mejillas y nuevas formandose-¿qué pasa?
-Vi al asesino de mis padres, Becca.-abrió los ojos cómo platos, se acercó un poco más a mi.
-¿Quien fué, Mallory?-dijo con la voz sorprendida.
-Fué...-sollozaba- Finn.-una lágrima corrió por mi mejilla.
