Después de presenciar la muerte de mis padres, mi tía Genevieve me llevó a vivir con ella a L.A.
Tres años después, regresé a Vancouver, dispuesta a enfrentar todo, pero lo que no sabía era que las cosas iban a tornarse más tensas....
● Esta histori...
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Wyatt salió del hospital a los días siguientes, estaba totalmente bien, sólo tenía algunos moretones y raspones, pero aparte de eso, todo estaba bien en él.
Pero para mi todo cambio, el sólo pensar que alguien quería hacerle daño a mis amigos por mi culpa me hacía sentir demasiado culpable, solía intentar distrarme para dejar de pensar en eso, pero había veces en las que simplemente no podía, me preocupaba demasiado perder a uno de mis amigos, ya no podía perder a nadie más, sentía que moriría si eso pasaba.
Me sentí un poco abrumada, decidí que iba a comer un cereal, pero no había leche y tampoco cereal, me desesperé un poco y mejor salí por un helado a la plaza, iba a comprar un par de prendas de ropa y de paso compraría el vestido para la fiesta de cumpleaños de la mamá de Finn, la cual se había aplazado por la susodicha, quien había decidido cambiar la fecha por sus compromisos.
Tomé una mochila y salí colocandome una gorra ya que el sol había estado un poco fuerte estos días, coloqué mis manos en los bolsillos de mi chaqueta y caminé lentamente hasta el centro comercial. Entré y me distraje un poco viendo las diferentes cosas que había allí, después de un rato caminé hasta un kiosco dónde había un puesto de helados, pedí uno sabor galletas y pagué, me senté en una banquita a comer el helado tranquilamente.
-Hola, Mall.-alguien se sentó junto a mi, en un principio me asusté un poco, giré la cara lentamente hasta que me encontré con una gorra de beisbol, era Finn.
-Tonto -lo golpee- ¡me asustaste!-reímos, él me miró.
-¿Por qué te asustarías?-me preguntó, le ofrecí de mi helado y él sólo negó, agradeció con la mano.
-Bueno -suspiró- ya sabes, todo las cosas que están pasando son por mi culpa, la golpiza a Wyatt, la muerte de Lucy, los accidentes de los chicos, aunque no sabemos exactamente que está pasando me siento culpable...
-No digas eso, nada de esto es tu culpa, pronto sabrás...-corrigió- sabremos que pasa con todo esto -sonrió, sólo le di una sonrisa rápida y desganada- creéme, nada de esto es tu culpa, nada. Tal vez esto paré...
-Tal vez -terminé de comer mi helado- ¿quieres acompañarme a elegir un vestido? -me acerqué a tirar la servilleta del helado en un bote de basura, él me miró dudoso.
-Estoy un poco ocupado ahora mismo, será otro día, ¿si? -suspiré.
