Looking For Mom - Rosekook [#1] ᶜ

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En el tercer día de viaje ya se empezaron a notar grandes cambios, a diferencia de los dos primeros días.

Rosé había adquirido su propia habitación, pues los turistas ya se habían ido, y Jungkook había empezado el motivo por el que se hallaba en Seúl: trabajo. Esa mañana tenía una reunión importante con un gran inversionista japonés y le había dicho a Chaeyoung que probablemente no podría acompañarlas en el almuerzo, ya que estaría muy ocupado toda la mañana, y quizá toda la tarde.

Así que ahí se hallaba ella ahora, almorzando con la pequeña Doyeon en un restaurante que les llamó a ambas la atención. Conversaban de forma amena y reían un poco. Definitivamente el ambiente que se formaba entre ellas cuando estaban juntas era muy cómodo y correcto. Pero había algo verdaderamente inquietante en el pecho de Rosé, algo que le hacía cosquillas por sus extremidades al querer salir.

Tenía curiosidad acerca de los sentimientos de la pequeña con respecto a su madre, en si la extrañaba o por lo menos la recordaba. Así que finalmente no se aguantó y simplemente soltó aquella pregunta que picaba en su interior.

—¿Extrañas a tu mamá? —la pequeña la miró con ojos brillantes, sabía que aquella pregunta era realmente importante.

—No sé —respondió con inseguridad, y es que en verdad no sabía si extrañaba a su mamá, sabía que quería una, pero no si extrañaba a la suya.

Rosé esperaba una respuesta más precisa, sí o no, pero un "no sé" la dejaba perpleja. Ella iba a preguntar acerca de ese no sé, pero la pequeña se adelantó a la respuesta.

>>Nunca la conocí. Papá dice que se fue cuando era muy pequeña, así que no tengo nada de ella en mente para extrañar.

Rosé la observó atentamente, no sabía del todo la historia de Doyeon, pero entendía el sentimiento de la pequeña de cierta manera. Ella también necesitaba a su mamá.

—Tienes mucha suerte de tener un papá como el que tienes. Se nota que te quiere mucho y está pendiente de ti. — la pequeña bajó la cabeza— Yo, en cambio, no tuve mucho a mi verdadero padre. Cuando tenía un año, también nos abandonó.

Hubo un pequeño silencio en el que nadie dijo nada y Rosé ya no sabía qué decir, hasta que escuchó un pequeño sollozo provenir de la pequeña.

—¿Sabes, Rosé unnie? Creo que yo no extraño a mi mamá, sino que ando en busca de una.

Rosé sintió su corazón oprimirse en su pecho.

>>Sé que papá ha trabajado muy duro para que no tuviera que extrañar el tener una mamá, pero realmente quiero una. En la escuela se burlan del hecho de que no tenga una, y el ver a mis amigas abrazar a sus madres y ser mimadas por ellas me hace sentir mal. Y no me gusta esa sensación.

La pequeña hablaba con voz ahogada y su llanto se había incrementado, haciendo que ellas fuesen el foco de atención de las personas que se hallaban en el restaurante.

Rosé, en un acto reflejo, se sentó a su lado, abrazándola con fuerza y dejando que llorara en su pecho mientras le acariciaba el cabello. Ahora ella no tenía fuerza para pedirle que no la viese como su madre.

La pequeña la había desarmado por completo.

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Jungkook resopló con cansancio, mientras terminaba de guardar los balances, planos y presupuestos en su portafolio. Estas reuniones resultaban realmente agotadoras para él y sólo esperaba terminar el contrato de inversión lo más pronto posible.

Se estiró cómodamente desde su asiento y se levantó. La mañana siguiente tendría otra reunión con el inversionista japonés, en el que discutirían otros puntos del contrato que involucraba a la asociación, y así sería hasta dos o quizás tres días en el que darían por finalizado el contrato y procederían a firmarlo. Y si Jungkook estaba terriblemente exhausto el primer día, no quería ni imaginar el último. Quería llegar a su cuarto y así poder...

—Jungkook-ah, ¿cansado en el primer día? —Namjoon habló desde sus espaldas, Jungkook inmediatamente volteó en su dirección.

—Namjoon Hyung, que sorpresa verte aquí —el menor se levantó para abrazarlo con alegría, hace mucho tiempo que no veía a su Hyung, exactamente desde que se había venido a vivir a Seúl.

—Dirigiré la constructora de la nueva sucursal, ¿no te lo dijo Nagamoto? —Jungkook negó, la asistente personal de Dagashi, su inversionista, no había mencionado nada sobre el tema.

—Supongo que trataríamos ese asunto mañana, intentaré sonar sorprendido entonces —Jungkook sonrió.

—Por cierto, ¿Irás a la cena de Dagashi? —cuestionó Namjoon, su inversionista había convocado una cena con motivo de conocer a todos los miembros del proyecto de la nueva sucursal.

—No lo sé. Traje a mi hija y creo que a la niñera no le hará mucha gracia que vaya —rascó la parte posterior de su cabeza.

—Oh, ¿te refieres a la niñera que te descubrió acostándote con una chica y te dijo que eras un mal ejemplo para Doyeon? —el menor abrió los ojos sorprendido —Seokjin me lo contó, Jimin se lo dijo.

Por supuesto, su mejor amigo y Seokjin se contaban todo.

>>No te preocupes, las puedes llevar si quieres.

—¿Qué? ¿Llevarlas a una fiesta? —Jungkook se escandalizó.

—No es una fiesta, es una cena y sabes que será tranquila —argumentó Namjoon, tratando de persuadirlo.

Jungkook se lo pensó. Tenía miedo de tomar mucho alcohol y que su hija lo viese haciendo una de las suyas.

—Lo pensaré.