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Rosé terminó de peinar a la pequeña, habían decidido juntas que una corona de trenzas con adornos plateados y brillantes era lo más apropiado para hacer relucir aún más su vestido

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Rosé terminó de peinar a la pequeña, habían decidido juntas que una corona de trenzas con adornos plateados y brillantes era lo más apropiado para hacer relucir aún más su vestido. Doyeon había notado a su unnie un tanto decaída, no contestaba a sus preguntas con tanta emoción y cuando la miraba, ella sonreía cortamente para no preocupar a la pequeña. De alguna u otra manera, sentía que todo era su culpa así que también se contagió del ambiente nostálgico.

—Iré a cambiarme, no me tardo —informó la mayor, tomando la bolsa de compras con su vestido, bolso y zapatos para seguidamente ingresar al baño.

Una vez dentro, Rosé suspiró. Estaba enojada con Jungkook, sí. Pero estaba más decepcionada de sí misma. Ella debía hacer mejor su trabajo y representar también una figura de autoridad para la pequeña. Aunque ninguna cláusula lo decía, ella tenía presente que su trabajo también incluía la crianza de la pequeña, ya que gracias a su edad, todo lo que haga o diga tendría influencia directa en el comportamiento y la personalidad de Doyeon. Ella esperaba hacerlo bien. 

Terminó de vestirse entre susurros de ánimo que se daba a sí misma y salió del cuarto de baño. Doyeon la miraba con algo de pena, así que Rosé sonrío en grande para que la pequeña no se preocupara.

—¿Quieres hacer algo mañana? —preguntó la mayor— Le pediré permiso a tu padre y nos divertiremos juntas.

Y como si le hubiesen dado el mejor regalo del mundo, a Doyeon le brillaron los ojitos con emoción. Dió pequeños saltos en su lugar mientras mencionaba los lugares que quería visitar con ella mañana.

Al instante se escuchó el cómo la perilla de la puerta de la habitación era girada y seguidamente abierta. Jungkook entró al cuarto, observándolas desde el umbral con una sonrisa y se acercó a ambas. Rosé susurró algo ininteligible y caminó hasta el baño, Jungkook la observó irse pero no comentó nada. Llegó hasta su hija para cargarla, dando vueltas con ella en el aire y regalándole muchos besitos cortos en sus mejillas, mientras la pequeña reía.

—Estás hermosa, conejita. Pareces toda una princesa. —volvió a besar su mejilla— Mi linda princesa.

Doyeon se abrazó a su padre, hasta que éste la dejó en el suelo luego de unos minutos. La pequeña entonces decidió hablar.

—Papi, algo le pasa a Rosé unnie, —la pequeña hizo un puchero pronunciado— ¿podrías hablar con ella?

Jungkook frunció un poco el ceño. Por supuesto que hablaría con ella.

—Conejita, por favor espéranos en la sala, voy a hablar con ella y a cambiarme.

Doyeon asintió, mientras se retiraba del cuarto con algo de incertidumbre.

Jungkook observó el cuarto de baño, la puerta estaba entreabierta, lo cual significaba que no le estaba del todo prohibido entrar. Así que eso hizo, la observó desde el umbral. La castaña se aplicaba labial mientras se miraba al espejo, había terminado de maquillarse.

Looking For Mom - Rosekook [#1] ᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora