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Dos días después, el ambiente en casa era un caos

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Dos días después, el ambiente en casa era un caos. Ese día sería la boda de Taehyung y Doyeon no colaboraba mucho para agilizar las cosas. El vestido que le había dado Lisa para que usase no le parecía para nada bonito, no tenía tul, ni brillos y el color no era nada llamativo, sólo un amarillo vivo que no le gustaba para nada. Faltaba casi una hora para que iniciara la ceremonia y la pequeña seguía en ropa interior y cruzada de brazos en la esquina de su habitación.

Desde aquél inconveniente, la pequeña se había portado muy caprichosa. Lo que hacía que Rosé de estresara casi el doble.

—Vamos, póntelo, cielo. Lisa lo escogió especialmente para ti, y está muy bonito —insistió Rosé. Ella misma había acompañado hacía una mes a Lisa a confirmar detalles mínimos de su boda, entre ellos su vestido y el de sus damas de honor, en el cual había predominado el color amarillo, ya que era su favorito. Pero a Doyeon no parecía gustarle, y había estado insistiéndole casi toda la mañana. Sinceramente ya estaba cansada, ella todavía no me había puesto su vestido y debían apurarse si querían llegar a tiempo.

—¡No quiero! —gritó Doyeon, frunciendo aún más su ceño.

Rosé por primera vez sintió un poco de cólera hacia la pequeña, y fue tan sentida que pudo percibir una punzada en su vientre y se dijo que hasta ahí había llegado sus ganas de seguir insistiéndole a Doyeon.

Dejó el vestido en su cama con un suspiro de cansancio.

—¿Sabes? Ya no quiero discutir. —hizo una mueca de dolor— Si no quieres ir, no lo hagas. Si no quieres usarlo, no lo uses. Ya me cansé de esto.

La pelirroja se retiró de la habitación, yendo a la principal para por fin cambiarse de vestido, retocarse el maquillaje y arreglarse el peinado. Ella también era una dama de honor, así que su vestido igualmente era amarillo, agradecía que no fuese ceñido al cuerpo, ya que su pequeña panza ahora se notaba bastante y le incomodaba tener tantas miradas encima por ello. Si bien sus amigos y familia ya sabían, tenía claro que a la fiesta asistirían muchas más personas.

Jungkook en ese instante salió del baño, totalmente peinado y perfumado. Sonriendo, se acercó a Rosé para abrazarla, acariciar su vientre y besar su mejilla.

—Estás hermosa —susurró en su oído mientras dejaba pequeños besos en su cuello.

—Tú estás muy guapo —sonrió la pelirroja, observando la sortija que yacía en su dedo anular izquierdo. Definitivamente amaba al padre de su bebé y lo recordaba aún más cada vez que miraba la sortija.

—¿Y Doyeon? Es hora de irnos —preguntó Jungkook, desconcertado al no ver a su hija por los alrededores.

El pelinegro había optado por no mencionar el asunto e incluso intentaba ser menos cruel con la pequeña. Pero últimamente había tomado una actitud bastante insoportable.

Rosé suspiró pesadamente.

—Me he rendido así que dejé de insistirle en que se pusiese el vestido. Para ser honesta, estoy algo cansada de ese asunto.

Looking For Mom - Rosekook [#1] ᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora