CAPÍTULO 2

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Despúes del instituto, mi intención era cursar estudios en la Universidad de Daegu

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Despúes del instituto, mi intención era cursar estudios en la Universidad de Daegu.

Mi padre quería que fuera a Harvard o a Princetown como algunos de los hijos de otros congresistas, pero con mis notas eso no iba a ser posible. Y no es que fuera mal estudiante, no; simplemente, no me concentraba en los estudios, y mis notas no estaban, por decirlo así, a la altura de solicitar mi ingreso en una de las dos universidades más reputadas de casi todo el mundo.

En mi último curso en el instituto, mi única esperanza era que me aceptaran en la Universidad de Daegu, una institución donde él podía mover ciertos hilos, dado que gozaba de influencia. Durante uno de sus fines de semana en casa, se le ocurrió la genial idea de colocarme a la cabeza de los candidatos.

Acababa de terminar mi primera semana de clase y nos hallábamos sentados a la mesa, dispuestos a cenar. Mi padre iba a pasar tres días en casa por el puente del Día del Trabajo.

—Creo que deberías presentarte para el puesto de presidente del cuerpo estudiantil —sugirió—. Te graduarás en junio, y creo que sería un punto a tu favor en tu expediente. Tu madre también está de acuerdo, para que lo sepas.

Mi madre asintió mientras masticaba una cucharada de guisantes. Cuando mi padre estaba presente, ella no solía hablar demasiado, aunque me guiñó el ojo. A veces creo que le gustaba verme un poco angustiado, aunque fuera una mujer dulce y bondadosa.

—No creo que tenga posibilidades de ganar —contesté.

A pesar de que era el chico más rico del instituto, no era ni mucho menos el más popular. Ese honor se lo llevaba Min Yoongi, mi mejor amigo. Él podía lanzar una pelota de béisbol a casi ciento cincuenta kilómetros por hora y, dado que era el mejor jugador del instituto, había contribuido a que el equipo de fútbol ganara todos los premios estatales. Era el mejor. Incluso su nombre sonaba bien.

—Por supuesto que puedes ganar. Los Kim siempre ganamos —replicó mi padre.

Esa es otra de las razones por las que no me gustaba estar con mi padre. Durante sus escasas estancias en casa, creo que quería modelarme a su imagen y semejanza. Puesto que yo me había criado prácticamente sin él, me resentía cada vez que lo tenía cerca. Aquella era la primera conversación que manteníamos desde hacía semanas. Casi nunca hablaba conmigo por teléfono.

—Pero ¿y si no quiero hacerlo?

Mi padre bajó el tenedor, con un trozo de carne de cerdo todavía ensartado en las púas, con cara de pocos amigos. Vestía un traje, aunque en el interior de la casa la temperatura rondara los veintisiete grados; aquello le daba un aspecto más intimidante. De hecho, mi padre siempre llevaba traje.

—Creo —dijo él lentamente— que sería una buena idea.

Yo sabía que, cuando él hablaba de ese modo, no había nada más que añadir. Así funcionaban las cosas en mi familia. La palabra de mi padre era la ley. Pero la cuestión era que, incluso después de acatar su propuesta, yo no quería hacerlo.

𝚈𝙾𝚄 𝚆𝙸𝙻𝙻 𝚁𝙴𝙼𝙴𝙼𝙱𝙴𝚁 𝙼𝙴? ❦VHOPE❦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora