Nine: three-headed dog

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«manos agarradas»

«manos agarradas»

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Ron miró su reloj y luego echó una mirada furiosa a Hermione y Neville

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Ron miró su reloj y luego echó una mirada furiosa a Hermione y Neville.

—Si nos atrapan por vuestra culpa, no descansaré hasta aprender esa Maldición de los Demonios, de la que nos habló Quirrell, y la utilizaré contra ustedes.

—Aunque pudieras hacerla, dudo mucho que te salga bien —susurró Vega.

Hermione abrió la boca, tal vez para decir a Ron cómo utilizar la Maldición de los Demonios, pero Harry susurró que se callara y les hizo señas para que avanzaran.

Se deslizaron por pasillos iluminados por el claro de luna, que entraba por los altos ventanales. En cada esquina, Harry esperaba chocar con Filch o la Señora Norris, pero tuvieron suerte. Subieron rápidamente por una escalera hasta el tercer piso y entraron de puntillas en el salón de los trofeos.

Malfoy y Crabbe todavía no habían llegado. Las vitrinas con trofeos brillaban cuando las iluminaba la luz de la luna. Copas, escudos, bandejas y estatuas, oro y plata reluciendo en la oscuridad. Fueron bordeando las paredes, vigilando las puertas en cada extremo del salón. Harry empuñó su varita, por si Malfoy aparecía de golpe. Los minutos pasaban.

—Se está retrasando, tal vez se ha acobardado —susurró Ron.

—O quizás, les puso una trampa —dijo Vega—. Yo si fuera de Slytherin, les podría una trampa.

Entonces un ruido en la habitación de al lado los hizo saltar. Harry ya había levantado su varita cuando oyeron unas voces. No era Malfoy.

—Olfatea por ahí, mi tesoro. Pueden estar escondidos en un rincón.

Era Filch, hablando con la Señora Norris. Aterrorizado, Harry gesticuló salvajemente para que los demás lo siguieran lo más rápido posible. Se escurrieron silenciosamente hacia la puerta más alejada de la voz de Filch. Neville acababa de pasar, cuando oyeron que Filch entraba en el salón de los trofeos.

—Tienen que estar en algún lado —lo oyeron murmurar—. Probablemente se han escondido.

—¡Por aquí! —señaló Harry a los otros y, aterrados, comenzaron a atravesar una larga galería, llena de armaduras. Podían oír los pasos de Filch, acercándose a ellos.

𝓥𝓮𝓰𝓪 𝓮𝓷 𝓗𝓸𝓰𝔀𝓪𝓻𝓽𝓼 | 𝕝𝕒 𝕡𝕚𝕖𝕕𝕣𝕒 𝕗𝕚𝕝ó𝕤𝕠𝕗𝕒𝕝 [VEH #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora