Me encaminé a mi pequeña pero funcional cocina. Saqué todos los ingredientes que necesitaba de la nevera y me dispuse a integrarlos todos en un tazon de plástico. Puse a todo volumen mi ipod y simplemente me relajé, tenía muchísimo tiempo sin cocinar algo para mi solo porque sí.
En mi casa siempre era mi madre la que se especializaba en la cocina y cuando venia Miranda a pasar el rato ella se destacaba por hacer los mejores postres. Mientras yo solo observaba y ayudaba en cosas minúsculas. Pero ahora es mi oportunidad de valerme por mi misma y eso me hace muy feliz.
No podría decirse que fuí una niña malcriada pero si muy consentida.
Ya a punto de terminar mi mezcla repaso la lista de ingredientes para asegurarme de que no he olvidado nada... y como no, no tengo harina ¡Me cago en todo!
Dejo de batir inmediatamente para buscar en todos los cajones de esta maldita cocina, ya son las 8 de la noche, a esta hora las tiendas del campus estan cerradas y si guardo la mezcla se pondrá mala.
Creo que simplemente me toca recurrir al cliché de ir a la puerta de mi vecino a pedir harina, a veces siento que mi vida es un chiste de algun escritor frutrado.
Meto la mezcla en la nevera para luego caminar a mi habitacion y ponerme algo de ropa decente. Opto por escojer una camisa a tiras y un short algo viejos. Me miro en el espejo y me siento algo animada, esta seria mi primera interacción con alguien de mi edificio. Salgo de mi cuarto y traspaso la puerta de mi casa.
Tomo una larga bocanada de aire y toco la puerta que estaba frente mi casa
Toc toc toc.
Nadie contesta
Dejo que pasen unos segundos para luego retirarme, supongo que no hay nadie o ya esta durmiendo.
Me doy la vuelta para probar suerte en otra casa . Y justo en ese mometo escucho un click
La puerta se abrió.
