𝐁𝐫𝐚𝐯𝐞𝐫𝐲 [𝐍𝐞𝐰𝐭]

File 15.

-¿a donde creen que van?

Nos congelamos en nuestros lugares apenas vimos a aquel que era subordinado de Jorge entrar con un arma cargada a la habitación.

-no queremos problemas

Tommy extendía sus manos vacías delante de él para señalar que estábamos desarmados.

-los tengo conmigo, los voy a sacar ahora...

Tenía una radio en su mano. La rata estaba al otro lado de la línea.

-...no nos disparen
-desgraciado

Solté con veneno.

-muévanse

Volvió a levantar el arma.

-no iremos contigo
-no tienes opciones

"Cuando les de la señal, todos deben agacharse"
Ordené.

"Ni pienses acercarte a este tipo Emma"
Me advirtió el rubio.

"Yo voy contigo"
Dijo Tommy.

"¡No se acerquen!"

-¿qué esperan? ¡Muévanse!
-está bien

Y mientras Thomas se acercaba con cautela y fingiendo obedecer a su comando, desvió el arma e intentó derribarlo.

-¡em, ahora!
-¡todos abajo!

Mientras forcejeábamos por el arma, está se comenzó a disparar, por suerte tenía la fuerza suficiente para lograr que apuntara al tejado del lugar. El sonido detonante era fuerte y estrepitoso, pero con cada estruendo más adrenalina parecía recorrer por mi cuerpo y eso ayudaba enormemente a la hora de luchar.

El arma cayó al suelo, me lancé sobre ella para poder cogerla primero pero antes de que pudiera tenerla entre mis manos un par de extremidades me sujeto de los tobillos y me alejo de ella.

Mi herida abierta volvió a arder y a quemar con intensidad. Involuntariamente intenté liberarme para que la sensación cesara, pero con cada patada que le lanzaba al sujeto, su agarre parecía afianzarse más y más.

-¡suéltala!

Tommy se lanzó sobre él pero fue empujado y aventado lejos, y para cuando pude salir de mi estado de aturdimiento por el dolor, aquel hombre ya había recuperado el control sobre el arma y volvía a apuntarnos con ella. Solo que esta vez, su paciencia se había acabado.

-¡niños imbeciles!

Estaba apuntando a Newt.

-¡NO!

Y el arma de disparó.

Todo pareció detenerse por un par de segundos. Todos miramos a Newt esperando encontrar la fuente de alguna mancha de sangre mientras el tocaba su pecho en busca de algún orificio.

Pero luego de que transcurrieron un par de segundos más no fue el rubio quien cayó al suelo, fue aquel que quería entregarnos a CRUEL.

Todos nos miramos sin comprender que ocurría, hasta que seguimos el rastro del olor a pólvora recién emitido por otra arma y dimos con Brenda.