Capítulo 4

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Todo ocurrió muy rápido, los tres nos disponíamos a bajar de la camioneta e íbamos a subir las gradas que conducían a la puerta de la casa, cuando esta se abrió y de ella salió una mujer mayor con su blusa blanca empapada de sangre y gritaba:

— ¡Adam! ¡Josh! — Su expresión era de pánico, estaba pálida y su cuerpo temblaba, apenas se le entendía lo que decía, estaba balbuceando debido al llanto— ¡Alexa se ha suicidado! — eso sí que se le entendió con claridad, sin decir nada los gemelos salieron corriendo hacia la puerta y tras ellos la mujer, me dejaron sola y como no tuve más remedio los seguí.

Cuando entre a la casa todo lucia más lujoso que desde afuera, frente a mí estaban unos escalones que conducían al siguiente nivel, los subí y me encontré con un pasillo largo con varias puertas a los lados, en el suelo pude observar un pequeño rastro de sangre que me llevaba a la tercera puerta de la izquierda, me acerque a ella y mientras iba avanzando escuchaba varias voces hablar.

—Pero que niña tan tonta—dijo la voz de una mujer—ya llame a la ambulancia, vendrán en unos minutos.

En la habitación resonaban unos sollozos bastante fuertes.

—Creo que ya no será de mucha ayuda—dijo Josh con tranquilidad.

— ¿Qué has hecho Alexa?— esa era la voz de un desesperado Adam.

Cuando entre a la habitación mi vista se dirigió a una cama donde se encontraba una joven con una gruesa línea en el cuello y de ella emanaba sangre, su blusa estaba empapada al igual que la cama, había mucha sangre y sin querer ahogue un grito llamando la atención de los presentes en la habitación.

—Josh sácala de aquí—dijo Adam al verme, él estaba junto a la cama sosteniendo la mano de la joven.

—Ven, vamos que te mostrare tu habitación— dijo Josh empujándome para que saliera pero mi vista seguía en esa horrible escena ¿había sido eso un suicidio? ¿Por qué alguien se quitaría la vida de esa manera? — salgamos de aquí Megan.

— Bienvenida de nuevo a casa Megan— dijo una mujer llamando mi atención, no me había percatado de su presencia, era una mujer un poco mayor, alta y rubia, su piel era blanca al igual que la de los gemelos, sus labios pintados de un llamativo rojo dibujaban una pequeña sonrisa.

Josh me saco de la habitación antes que pudiera responderle algo a esa mujer, esa sonrisa no me gustó nada.

—Ella es mi madre, lamento que hayas visto eso— dijo con tranquilidad, parecía que esto no le afectaba en lo más mínimo en cambio yo estaba aturdida al ver tal escena, empezaba a sentir náuseas— ¿Estas bien? Te llevare a tu habitación y si quieres luego te muestro la casa— su calma era abrumadora.

Empezó a caminar por el pasillo y yo junto a él, llegamos a la última puerta que se encontraba al lado derecho, era una puerta de madera pintada de blanco antes que la abriera suspire y le dije:

— Pareces calmado incluso me atrevería a decir que esto no te afecta— giro su rostro hacia mí y con frialdad respondió:

—Las apariencias a menudo son engañosas — abrió la puerta, entro y lo seguí, observe la que sería mi habitación por un largo tiempo, era pequeña y en ella había una cama con sábanas blancas, un baúl y una ventana, diría que lo mejor de esa habitación era la vista que proporcionaba la ventana pero no era así, lo único que podía ver era la corteza de un enorme árbol.

—Mi habitación está justo enfrente, si necesitas algo puedes ir a buscarme— el sonido de una ambulancia interrumpió lo que decía, venían por la chica, sin tomarle importancia Josh continuo hablando— hay ropa en el baúl es ropa nueva creo que te quedara, vendré en unos minutos por ti— salió por la puerta y como la curiosidad me ganaba en ese momento, lo seguí y me quede observando en el umbral de la puerta, observe como unos paramédicos sacaban en una camilla un cuerpo inerte cubierto por una sabana y tras ellos estaba una señora que no paraba de llorar, era la señora que había salido corriendo de la puerta cuando llegamos, junto a ella consolándola estaba un triste Adam. No quise ver más la imagen que estaba frente a mí así que entre y cerré la puerta de mi habitación.

Suspirando me senté en la cama con la vista fija en el baúl la imagen de la chica con una cortada en el cuello seguía en mi mente, no la conocía o al menos no la recordaba pero verla en ese estado me causo una profunda tristeza e incertidumbre ¿Qué la había obligado a tomar esa decisión? Quería llorar y no sabía por qué. Algo en esta situación me decía que tenía que huir, que este no era mi hogar. Pasaron los minutos y el sonido de la ambulancia se fue, Josh nunca aparecía y yo quería que lo hiciera para hacerle muchas preguntas, quizás él me las responda y no se enoje como lo hizo Adam la última vez. Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no escuche que abrieron mi puerta hasta que Josh se inclinó frente a mí.

—Creí que estabas dormida, perdón por la tardanza tenía asuntos que arreglar— su cabello lucia húmedo y desordenado, vestía un pantalón de chándal negro y una playera blanca— ¿aun quieres que te muestre la casa o prefieres dormir?— no quería que me mostrara nada quería respuesta y si para eso tenía que pasar tiempo con él lo haría.

—No quiero pasar más tiempo encerrada así que vamos— dije levantándome y acercándome a la puerta. Salí al pasillo y de tras de mí Josh, observe la puerta por donde habían salido los paramédicos con el cuerpo de la chica.

—Se llamaba Alexa, Alexa White tu hermana— dijo Josh al observar en donde estaba mi vista.

¿Qué? ¿Tenía una hermana? ¿Por qué me lo dice así como si nada pasara? Las lágrimas se empezaban a acumular en mis ojos, sentía una fuerte opresión en el pecho y un nudo en mi garganta.

— ¿Qué?— fue lo único que pude preguntar sin dirigirle la mirada

Él me veía en silencio, su mirada me mostraba algo, lastima quizás, pero ¿Cómo se le ocurría decirme algo así? Me lo dijo como si nada, como si del clima estuviéramos hablando. Me dolía la pérdida de un ser que no recordaba, aunque no la recordara sabía que la quería porque ¿Quién no quiere a su hermana?

—La muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo y para muchos un favor— me susurro Josh dejándome más confundida que nunca ¿Qué significaba eso?

FragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora