Capítulo 10

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Al salir de la biblioteca choque con algo, más bien con alguien.

— ¿Estás bien?— me dice Adam mientras me toma de los brazos— pareces alterada.

—Estoy bien, no te preocupes— intento sonreír, realmente me siento molesta por la forma en la que esa señora me hablo, me hizo sentir vulnerable.

—No, no lo estas. ¿Qué paso adentro?— intento zafarme de su agarre pero es inútil.

—Nada, solo hable con tu mamá.

—Ya. No sé qué te habrá dicho pero puedo hacerme la idea, no le tomes mucha importancia ¿sí?— me atrae hacia su pecho y me envuelve entre sus abrazos. Me abraza y deja un beso sobre mi cabeza.

—De acuerdo— digo mientras le devuelvo el abrazo.

—Puedes contar conmigo para lo que sea Meg. No te dejare sola— suena serio y una parte de mí confía en él.

—Gracias.

—No tienes por qué agradecerlo, eres importante para mí— no sé cómo tomarme esa declaración.

Se separa de mí y me sonríe.

— ¿Me acompañas a comer?

—No, no tengo apetito— y es verdad, el encuentro con Josh en la cocina y hablar con la señora Sofía me ha dejado sin ganas de comer— me iré a mi habitación.

—De acuerdo.

Sin decir nada más me fui.

*******

A la mañana siguiente no había nadie en casa, todo estaba en silencio. Toque la puerta de Josh y no abrió, tenía unas enormes ganas de entrar y tomar una carta pero cuando lo intente la puerta no cedió, había cerrado con llave.

Decidí bajar a desayudar pero cuando pase por la puerta de la habitación de Alexa, la curiosidad me invadió. Me acerque al picaporte; lo gire y la puerta se abrió con un chirrido.

Entré y me quede observando todo: en el suelo habían unas cintas amarrillas, la cama ya no estaba manchada de sangre sino que tenía unas sábanas blancas; limpias al parecer, había una pequeña mesa al fondo con un mantel rosa y junto a ella estaba un armario.

Todo en la habitación se veía ordenado, también había un estante con varias cosas, me acerque a él y me di cuenta que en su mayoría habían fotos enmarcadas en cuadros de madera.
En todas las fotos estaba una sonriente chica de cabello chino y castaño, su piel era morena como la mía y sus ojos eran de color café claro, era Alexa.
En algunas fotos aparecía Adam junto a ella, ambos sonreían viendo a la cámara. La mayoría de las fotografías, por no decir todas, habían sido tomadas fuera o dentro de esta casa.

Seguí observando las fotos, en ninguna estaba yo. Me percate de un cuadro donde aparecían dos niñas: una se veía más pequeña que la otra, la que se veía mayor tenía el cabello recogido en dos coletas y tenía un vestido azul, la más pequeña tenía su cabello chino suelto y su vestido era rosa, inmediatamente supe que la del vestido rosa era Alexa pero la otra niña ¿era yo? Tome el cuadro y me dirigí hacia la mesa, en ella habían hojas esparcidas por todos lados, algunas tenían apuntes y otras solo estaban en blanco.

Tome una hoja que estaba doblada, tenía escrito en letras cursivas  “Before you go”  y bajo ese título estaban varias oraciones:

“Before you go” 

Empiezo a reemplazar cada momento nuestro porque ahora que se han ido, todo lo que escucho son las palabras que necesitaba decir.

Cuando te duele en el interior.

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