¿Esposo o enemigo?
Mientras Candice era ayudada por Mary, William encontró a George en la biblioteca.
- ¡Señor William, buenos días! - lo saludó George cuando se lo encontraba en la biblioteca.
- Buenos días George, no han llenado las licoreras de mi habitación y de la biblioteca - le di e a George sin molestia alguna.
- ¿Cómo ha dicho? Por supuesto que no, están tan llenas como lo hago después de cada reunión - respondió ella preocupado.
- Espera, espera, me estás diciendo que esas son las licoreras que llenas tú - refirió Albert al ver la reacción de su gran amigo.
- Sí, yo mismo las llené hace dos días, después de la reunión que tuvo usted con los inversionistas - recapituló.
- ¡Oh Santo Dios! Entonces ¡sí sucedió! - gritó elocuente y totalmente emocionado.
- ¿Qué sucedió? - pregunto George al verlo tan excitado.
- Me debes jurar que esto no se lo dirás a nadie, George - le pidió William a si fiel amigo.
- Señor, jamás le diría nada a nadie de sus asuntos - informó él.
- Prepárate para oirlo - entusiasmado buscaba la mejor forma de decirlo.
- Estoy preparado - informó George.
- Le hice el amor a Candice, anoche - le cuenta a medias.
- William, ¿en qué estabas pensando? ¿Una? - indagó.
Varias... - soltó william sonriendo.
Está soltera, no creo que deba preocuparse tanto -refiere él, restaándole importancia. ¿Verdad señor...? ¿Está casada? - le pregunta al ver que con los dedos de una mano los posa sobre la frente.
- Sí - responde riendo.
- ¿Estaba pensando en lo que ha hecho? - cuestionó sin querer reprenderlo.
- No exactamente - aseguró William.
- Seguramente fue con brandy, ¿tan siquiera se acuerda? - cuestionó al ver que movía de un lado hacia el otro la cabeza. ¡Cielos! ¿De quién es esposa? - sabía que no debía de preguntar.
Terrence... - iba recién comenzando.
- ¿Grandchester? - George se dio la vuelta, el nombre de Terrence no era tan popular en Londres.
- ¡Sí! - respondió William cuando se halaba el cabello.
- Esta mal que se lo pregunte, pero... - George no tenía por qué meterse en asuntos tan a la ligera, pero lo haría.
- No, George, no nos protegimos, ella no puede tener hijos - informó rápidamente, si era eso en lo que pensaba.
¡Con él! ¡Quizás el que tenga problemas sea él, pero no con usted! - vocifera George preocupado. Es irresponsable sabe... - suelta George buscando algo en el escritorio de la biblioteca.
- No me regañes George, quizás estábamos tan ebrios que ni cuenta nos dimos - responde William obviándolo.
- Bien... ¿hay algo que deba hacer...? De hecho William tenía razón, no podría regañarle por lo que el brandy le permitió hacer, si en parte sabía que él la amaba desde que la conoció.
- Iremos al hospital por la tarde y llegaremos a cenar de acuerdo, aunque podrías averiguar lo que sucede en el club, digo como sugerencia... - dijo William.
- Sí señor, lo mantendré informado - resuelve decirle.
- Gracias George - responde William y se va a su habitación.Mientras en el baño
- Mary podrías bañarme esta parte por favor - refiere Candy, echándose hacia atrás.
- Sí señora, ya le ha dicho al joven William sobre esto - le comenta Mary después de unos minutos mientras Candy trata de soportar el dolor.
- ¿Ya lo sentiste? - le pregunta a Mary.
- Sí, ya lo sentí y ¿cómo puede usted aguantarlo tanto? - pregunta ella preocupada.
- Créame que es muy difícil - responde Candy que con el simple roce hace que frunza el ceño.
- Se lo creo, bien si usted termina podríamos sacarla de la tina, regreso en unos minutos iré por la ropa - informa Mary, levantándose y saliendo del cuarto de aseo para dirigirse a la cama, observando que ya no tiene ni sábanas ni colcha y que éstas se encuentran arremolinadas en la puerta. Toma la ropa que había recibido de su patrón y la lleva al cuarto de aseo.
Gracias - agradece Candice. ¿Qué es esto? ¿Es en serio? ¿Por un baño? - cuestiona ella cuando lava su intimidad y descubre que esta roja y con mucho líquido.Pasó el tiempo, almorzaron y rumbo al hospital William le preguntó...
- Candice, quiero preguntarte algo - le dice William a ella.
- ¿Qué cosa? - responde volteando a verle.
- ¿Pasó algo entre nosotros anoche? - cuestiona sin recato.
¿Por qué lo dices? - pregunta como si nada.
- Porque encontré algunas cosas extrañas, en la habitación - dice el volteándola a ver.
- ¿Cómo qué? - es vergonzoso admitir que entonces si sucedió, así que decide hacerse la tonta.
- Como que nos acabamos dos licoreras de brandy, encontré una mancha en las sábanas que solo los hombres producimos, no gasté ningún preservativo y siempre los uso - William no puede ser discreto, así se le llaman a las cosas.
- ¡Cielos! - Candice se sonroja, es que ahora el líquido es importante.
- Candice... - la abraza.
- Yo tenía más flujo de lo normal y mi zona íntima está muy roja - informó bajo su cobijo.
- Entonces ¡sí sucedió! ¡Perdóname Candice, no fue mi intención! - dice él besándose las manos y haciendo que Candice deseara más de eso.
- El brandy me hace hacer cosas tontas - refiere ella.
- A mí también y de hecho no lo recuerdo - le explica William echándose hacia atrás en el asiento.
- ¿Tuvimos sexo? - pregunta Candice.
- Te hice el amor Candy, no sexo, puro amor - reprende él, ella no era una aventura de una noche.
- Yo estaba vestida... - asegura colocándose a su altura
- Bien, entonces tuvo que cambiar algo - suelta de repente.
- Amanecí con un buen sabor de boca - asegura ella.
- Hay una forma de averiguarlo - le toma la barbilla.
- ¿En serio? - pregunta ella, hacer el amor aquí con el chófer adelante resultaría muy incomodo.
- Sí, ven - la jala.
- ¿Qué haces William? - le pregunta retrayéndose.
- ¡Sólo te daré un beso! - responde él y la besa, sencillo y delicado que con el pasar de los segundos se amolda y luego las manos viajan por sus cuerpos y justo antes de que él comience a desvestirla, ella dice algo que lo detiene.
- William - Candice dice su nombre y él deja de besarla.
- Sí pasó algo anoche aunque no nos acordemos - William sonríe y comienza a aspirar aire, tiene que concentrarse para no salir sonrojado.
Y ¿te gustó mucho? - refiere Candice, riendo.
- Parece que sí, luego lo hablaremos ya llegamos - le dice acomodándose para ayudarla a bajar. John, ayúdeme le pide ayuda con la puerta.
- Sí señor - John sale y cierra la puerta de atrás mientras el regresa al volante para estacionar el auto.
- Buenas tardes señorita el Dr. Thomas Stevenson - pregunta William.
- Por aquí, por favor - responde llevándolos hacia una oficina.
- Buenas tardes, William me hiciste caso - responde Thomas.
- Sí, pero Candice quiere hablarte de ello - refiere mientras se sientan.
- Candice, ¿cómo has estado? - pregunta Thomas.
- Bien gracias, me dijo William que ayer me atendiste - le dice ella.
- Sí, un gusto - refiere Thom.
- Gracias, por eso vine - respondió ella.
- Pues Candice, dime, ¿sabes lo que tienes? - le prrgunts directamente.
- Sí, un tumor, de los grandes - indica ella con las manos para referir que es grande.
- ¿Sabes que es un tumor grande? ¿Qué tan grande? - cuestionó atento.
- Del tamaño de su mano doctor - dice ella.
- ¿Tienes estudios? - pregunta sorprendido.
- Queremos que se los hagas todos nuevamente - solicita William, nunca permitiría que ella volviera.
- ¿Todos? - pregunto ante la orden solicitada.
- Sí todos, necesito que sean todos porque no los tengo en este momento conmigo - explica Candice.
Bien, vamos Candice, necesitaré internarla - la ayuda a levantarse y comienza a caminar, cuando aparece una enfermera con una silla de ruedas, le da indicaciones y la lleva a su habitación.
Gracias, ahorita te veo - se despide ella.
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¿De ti o de él?
FanfictionESTA HISTORIA COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL SON DE MI TOTAL AUTORIA, NO DE DOMINIO PUBLICO COMO ESTA ESTIPULADO, SI HAY ALGUNA DUDA, PUEDEN CONTACTARME Candy y Terry se casan después de un breve romance, pero ella no le puede dar hijos y Terry t...