Advertencia
Candice White era una linda chica de ojos verdes y cabello rubio ensortijado, desde muy joven se había dedicado a la decoración de interiores junto con su abuela Ponny y eso, era algo que le emocionaba en demasía.
Era obvio que al estar en tantos lugares, tenía que conocer a alguien y está por demás saber que ese alguien, era Terrence Grandchester, quien se había prendado de su jovialidad y su amor por los detalles hasta el punto de casarse con ella a los pocos meses.
Candice estaba fascinada con aquella proposición, tanto que había descubierto que su afamado esposo era millonario y que ella sólo llegaría al matrimonio con una sola propiedad; la vieja casona que su madre María tenía fuera de la ciudad.
Los meses pasaron y Candice no añoraba tener hijos aún, pero con el pasar del tiempo todo fue tan distinto, sin darse cuenta habían pasado ya cuatro años y no sabía por qué no tenía bebé en camino. Terrence pensaba que él era el que no podía engendrar, por lo que juntos se hicieron exámenes y el médico les había dicho que todo estaba bien, pero cuando Candice pasó por los resultados, el médico le sugirió hacer una cita con un internista dado que sintió unos tumores en el bajo vientre cuando hizo la palpación de la zona. Candice pensó que se trataba de los mismos problemas que su madre tuvo, pero dado que ella era tan joven, lo dudó un poco. Por si fuese poco en el último año, Terrence no la dejaba ni que pensara, estaba empecinado en que tuviera familia a como de lugar y cómo no estarlo, la presión que ejercía la sociedad sobre su hombría no era un juego, así que habría ejercido su garantía para con su mujer en lo que iba de ese último año.
Candice no es que se quejase de ello, pero... a medida que pasaba el tiempo dejó de ser agradable y excitante, dejó de ser al mismo tiempo tan placentero que... alguna vez se preguntó si aún le amaba. Hasta que se presentó esa noche en la que Terrence había llegado de viaje y se encontraba un poco necio de que ocurriese un encuentro con ella.
- ¡Hola! - saluda Terrence.
- ¡Ah, hola Terrence! ¡Terry, no! - Candice se suelta de su amarre cuando él intenta besarla.
- ¿No qué cosa, Candice? ¿Dime que no te gusta? - pregunta él enrarecido por la negativa.
- No es eso, últimamente no me he sentido muy a gusto cuando me... - Candice intenta explicarse.
- Cuando intento hacerte mía porque lo sabes ¿verdad? ¡Eres mía! - le hace saber que para él es más que su mujer, sino también una posesión.
- Por supuesto que lo sé, me lo dices todas las noches - refiere Candice intentando levantarse.
- Entonces ¿por qué resistirse? ¡Vamos, hazme feliz! - suplica él.
- Bien, pero no seas brusco - le pide tratando de acomodarse de la mejor manera.
- ¡No amor, no lo seré, lo prometo! - pero por supuesto que lo iba hacer.Terry presentía que Candice tenía algo que no quería decirle y ese algo tenía que ver con alguien que quizás conoció en otro lado. Lejos estaba de saber que no era porque amase a otra persona, si no que era por razones médicas que su esposa se rehusaba a tener contacto íntimo con él. Se había vuelto posesivo y lo único que quería era que Candice que lo amara y poseyera como él lo hacía con ella.
Pero desde hacía un mes que los dolores eran terribles, el médico le había extirpado los tumores en ausencia de Terry y algunos seguían creciendo, cada vez más grandes que cuando el médico la revisó de nueva cuenta, le dio la mala noticia de que así era, los tumores se limitaba a uno, uno muy grande y que además, la incomodaba porque dolía mucho.
Terry se encontraba tan ensimismado en lo que hacía que una vez que penetró a su esposa tan hondamente, ésta soltó un alarido y comenzó hacerse hacia atrás.- ¿Qué pasa Candice? - preguntó él enojado.
- ¡Terry, no! ¡Déjame tranquila! - le pidió sujetándose el vientre.
- ¡Otra vez, Candy! No puede ser, llevas así un buen tiempo - Terry desnudo, le pidió explicaciones.
-¡Te dije que no quería hacerlo! ¿Por qué insistes? - pregunto ella, recogiéndose en su lugar.
- ¡Porque te deseo! ¡No entiendes que quiero poseerte cada noche! - explicó él acercándose.
- Quisiera que fuese delicado, no que me hicieras pagar por otras cosas. Pensé que me amabas... - soltó al mismo tiempo que una lágrima caía sobre su mejilla.
- También lo pensaba, pero... con esto me demuestras algo... - dijo él mientras desnudo se dirigía al cuarto de baño.
- ¡Sólo estoy incómoda! ¡Ya sé me pasará! - dijo Candice soportando el dolor.
- Y ¿cuándo se te pasará, mujer? - preguntó él desesperado.
- Pronto... - resolvió decir mientras se doblaba por el dolor.
- Pues eso espero que así sea porque creo... - le dijo él triste y decepcionado de que ella ya no fuera amorosa con él.
- ¡Terry! - lo llamó.
- ¿Qué quieres? Sabes qué Candy, ya no te amo, creo que por eso tengo estas locas ganas de poseerte, es un honor que sea yo y no otro quien te haga el amor, ¿no te parece? - contestó Terrence de mala gana, sí, quería herirla como ella lo estaba haciendo al negarse.
- ¿Qué quieres decir? - cuestionó Candice asustada.
- Lo que estás oyendo, si no quieres hacer el amor conmigo, no te preocupes, ya habrá alguna que si quiera... - le dijo esto cerrando la puerta del cuarto de baño, quizás así reaccionara, la amaba y sólo quería presionarla para que ella demostrara que al menos amarlo, es lo que él se merecía.
- ¡Terry! - atinó a decir apenas soltando a llorar entre las sábanas recogidas de su lecho.Continuará...
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¿De ti o de él?
FanficESTA HISTORIA COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL SON DE MI TOTAL AUTORIA, NO DE DOMINIO PUBLICO COMO ESTA ESTIPULADO, SI HAY ALGUNA DUDA, PUEDEN CONTACTARME Candy y Terry se casan después de un breve romance, pero ella no le puede dar hijos y Terry t...